Uno de esos planes que no te puedes perder en las Rías Baixas es alguna de las rutas en barco con destino a las islas.
En esta ocasión visitamos las islas de San Simón, conocida como la Isla del Pensamiento y San Antón ,unas de las menos conocidas de la Ría de Vigo pero que guardan un auténtico tesoro histórico y fue declarada Bien de Interés Cultural en 1999,Zona de Especial Protección de los Valores Naturales (ZEPVN) e integrada dentro de la Red Natura 2000.
Nosotros partimos del Puerto de Vigo rumbo a la Isla de San Simón ,no hay ruta regular todo el año pero si que encontrarás varías compañías que realizan visitas guiadas en temporada.
En un momento se alza ante nosotros el majestuoso Puente de Rande y tenemos el privilegio de obtener unas vistas únicas al pasar por debajo, nada que ver con la imagen que apreciamos desde tierra firme.


El puente de Rande está abierto al tráfico desde 1981, uniendo Redondela y Moaña. Actualmente su tráfico es de unos 50.000 vehículos diarios. Forma parte de la autopista del Atlántico y se encuentra en fase de ampliación.
A medida que avanzamos por la Ría hacia la Isla de San Simón nos encontramos con las bateas, plataformas flotantes para el cultivo de mejillón distribuidas de forma regular y geométrica por toda la ría.
Su origen se remonta al s.XVIII principios del XIX. La primera batea se colocó en 1945 en la Ría de Arousa y fue tal su éxito que enseguida el nuevo invento se extendió al resto de las Rías Gallegas, y así llegamos a la actualidad con 3.300 bateas en nuestras Rías convirtiendo Galicia en la principal potencia acuícola de Europa con una producción de 90 toneladas de molusco de media anual.

ISLA DE SAN SIMÓN Y SAN ANTÓN:
Y de repente aparece ante nosotros la Isla de San Simón, unida a la Isla de San Antón por un puente, fue declarado Bien de Interés Cultural por la Xunta de Galicia en 1999 y la isla y su ensenada forman parte de la Red Natura 2000 como hábitat natural europeo protegido.




La Isla de San Simón es en la actualidad el lugar de celebración de uno de los festivales más singulares de Europa, el Festival SinSal, un festival que apuesta por la sostenibilidad, diurno y que se puede disfrutar en familia ( Festival SinSal) . Pero lo que mucha gente desconoce es la infinidad de historias increíbles que encierra esta isla y que nuestra guía Ana Vázquez de Alecrín Actividades y Aventura nos fue describiendo a medida que recorríamos la isla de una forma tan amena que parecía trasladarnos a cada una de las épocas.
Una isla protagonista de las cantigas de amigo de un trovador del s.XIII (Mendinho), testigo del paso de templarios, franciscanos y piratas. Aquí fondeaba el famoso Francis Drake aprovechando la niebla para tomar posiciones y controlar los accesos a la Ría de Vigo para, seguidamente, atacar y saquear todos sus pueblos. Escenario también de la Batalla de Rande 1702 y campo de batalla de las guerras Irmandiñas. Cuando el comercio estaba en auge y el puerto de Vigo recibía innumerables barcos cargados de diversos productos, se utilizó para que los integrantes de estos barcos hiciesen la cuarentena y así comprobar que no portaban ninguna enfermedad antes de acceder al puerto.






En el s.XIX se convirtió en una leprosería, al estar unida por un puente con la Isla de San Antón (el «lazareto» sucio) , allí se acinaban los leprosos, cuidados por religiosas que no podían salir nunca de la isla. El puente que une las islas estaba divido en tres partes, de las que se pueden apreciar las columnas donde se anclaban los portones que utilizaban para acceder a su parte central desde la Isla de San Simón para dejar alimentos y otros enseres que eran recogidos más tarde por los habitantes de la Isla de San Antón a través de otro portón , sin tener en ningún momento contacto directo unos con otros. La leprosería se clausuró en 1927.



El peor momento llegaría de manos de la Guerra Civil y de la dictadura franquista que hicieron que San Simón y San Antón se convirtieran en un campo de exterminio de los presos políticos contrarios al régimen hasta 1943.
La vida en la Isla de San Antón era muy dura debido a la enfermedad y al aislamiento, tanto que de vez en cuando se enviaba la ropa a lavar a Cesantes y desde allí les dejaban mensajes en los dobladillos de las camisas y otras prendas, que eran recibidos con ilusión por los enfermos.
A partir de ese momento la isla era utilizada por la guardia de Franco para disfrutar de sus vacaciones, pero en uno de los viajes de vuelta de la Isla mueren ahogados 50 integrantes de la guardia al hundirse su barca y la Isla es clausurada para volver a abrirse en 1955 y ser utilizada como orfanato, los niños acudían a clase durante el día a Cesantes y volvían allí a dormir. Esta situación se alargó hasta 1966.
Estuvo abandonada hasta 1999, cuando Cesar Portela se pone al frente de un proyecto para su conservación después de haber sido declarada centro para la recuperación de la memoria histórica.
En la Isla de San Antón se conserva alguna edificación y restos del cementerio, así como un mirador situado donde antiguamente estaban las letrinas . También se encuentra el museo para conocer mejor su historia, aquí podemos disfrutar de fotos de la época y mapas en los que se puede apreciar cómo ha cambiado con el paso de los años la orografía de la zona.



Otro de los tesoros que alberga la Isla de San Simón es la placa en honor a Julio Verne, que narraba en su famosa obra «Veinte Mil Leguas de Viaje Submarino» como el capitán Nemo llegaba con el Nautilus a la Ría de Vigo para sumergirse en busca del tesoro de Rande. En 2004 la Xunta de Galicia regaló a los habitantes de Vigo una obra escultórica realizada por los artistas Ramón Lastra y Cesar Portela, y que se encuentra en medio de la Ría entre la Isla de San Simón y Cesantes. Esta obra esta formada por tres esculturas , el Capitán Nemo y dos buzos sumergidos en busca del tesoro. Uno de los buzos puede verse con la marea baja y el otro solamente es visible cuando son mareas vivas. La placa, que en un primer momento se situaba en el mismo lugar fue trasladada a la Isla de San Simón después de haber sido sustraída de su lugar de origen para evitar así futuras acciones que pusieran en riesgo su integridad.



La Isla encierra rincones maravillosos que nos sorprenderán y diferentes construcciones que en su momento fueron utilizadas por sus habitantes para diversos fines. En este punto nos llama la atención que dependiendo de la clase social de estos e incluso de su origen, eran alojados en uno u otro lugar. Así, en las construcciones más cercanas a la entrada de la isla se alojaban los catalogados en ese momento como en un nivel más bajo y a medida que avanzamos nos encontramos con edificaciones mas ostentosas donde se alojaban los de nivel más alto. Este baremo se utilizaba tanto en su época militar como en el momento de ser utilizada par albergar presos.
Otro de los rincones es el manantial de agua en el que hay un túnel que cruza la Isla de San Simón de una punta a otra , aunque hay quien ha llegado a decir que por ese túnel se podía llegar al Monasterio de Poio, lo cual es evidentemente falso.

Y después de conocer la fascinante historia de San Simón y San Antón, te recomiendo la visita porque es realmente mágica, nos dirigimos a uno de los paraísos gallegos más conocidos.
Os dejo enlace a la Naviera Mar de Ons que realiza visita guiadas. Reservar visita guiada Isla de San Simón.