NIMES EN TREN: QUE VER EN UN DÍA O DOS EN LA ROMA FRANCESA

Nos vamos a Nimes, la Roma francesa, una ciudad con dos milenios de historia . Una visita imperdible de la región de Ocitania en el Sur de Francia y que nosotros aprovechamos para hacer en el viaje hecho con el AVE de Renfe desde Madrid. Renfe cuenta con 28 trenes AVE directos cada semana entre España y Francia, desde Madrid, Barcelona o Girona. Puedes hacer como nosotros la ruta Madrid-Montpellier-Nimes-Madrid o ir directamente a cualquiera de las ciudades incluidas en la ruta , además de Montpellier y Nimes, podrás elegir entre: Valence, Perpignan, Narbone, Marsella, Lyon, Avignon y Aix Provence. Como primera parada, visitamos Montpellier, puedes leer el artículo aquí. Después nos trasladamos de Montpellier a Nimes en tren, la duración del viaje es de menos de media hora y hay línea regular .

La estación se encuentra en el Boulevard Sergent Triaire, caminarás por la Explanada de Charles de Gaulle, una gran plaza bordeada de árboles, al final te encontrarás con la Fuente Pradier, en este punto llamará tu atención a la izquierda uno de los monumentos más representativos de la ciudad. Se trata, ni mas ni menos, del que está considerado el anfiteatro mejor conservado del mundo! Las Arenas de Nimes. Justo detrás de la Fuente Pradier, verás el Palacio de Justicia, de estilo neoclásico y a la derecha la Iglesia de Santa Perpetua y Santa Felicidad.

La Iglesia de Santa Perpetua y Santa Felicidad

Situada frente a la Explanada Charles de Gaulle, este impresionante edificio destaca por su imponente campanario de 70 metros de altura, que parece custodiar el paisaje urbano.

Diseñada por el arquitecto Léon Feuchère, su arquitectura ecléctica combina elementos que le dan un carácter único, fusionando estilos de manera armoniosa. Si tienes ocasión de visitarla, en su interior fíjate en los detalles del altar mayor, las pinturas y esculturas y el techo cuidadosamente trabajado .Uno de los mayores tesoros de la iglesia es su órgano, construido por el célebre Aristide Cavaillé-Coll en 1862-1863. Si tienes la suerte de visitarla durante una interpretación del Requiem de Mozart, te garantizo que será una experiencia difícil de olvidar. La combinación de la acústica del lugar con la maestría de este instrumento te transporta a otra época, llenando el espacio de una música envolvente.

Dedicada a los santos Perpetua y Felicidad, mártires de los primeros siglos del cristianismo, la iglesia no solo es un lugar de culto, sino también un espacio lleno de historia y simbolismo. Si tienes tiempo, vale la pena explorar los detalles que explican la vida de estos santos, cuyas historias de fe y sacrificio han inspirado a generaciones.

Pero vamos poco a poco. Nimes es una ciudad ideal para descubrir caminando, y si aprovechas bien el día y te organizas podrás ver los principales monumentos. Después de dejar el equipaje en la consigna del hotel, llegamos antes de las diez de la mañana, comenzamos nuestra ruta. En este artículo te contaremos como aprovechar al máximo tu tiempo en la ciudad.

Tomando como punto de partida la Fuente Pradier, dedicada al agua, es una obra en mármol del escultor Jame Pradier. La figura principal representa a Nimes y si te fijas tiene una corona de lo más peculiar, se trata de uno de los monumentos de la ciudad, adivina cual! Una vez descubiertos los enigmas de la fuente, dirígete a su izquierda, en unos minutos estarás frente al impresionante anfiteatro romano. Pero, espera! antes de entrar debes pasar por la oficina de turismo, la encontrarás a la izquierda del anfiteatro. Podrás ver una película en español, Nimes a través de los siglos ( 10 minutos) y aquí te recomendamos adquirir la City Pass.

City Pass de Nimes: El Nîmes City Pass es una herramienta ideal para descubrir los tesoros culturales y turísticos de Nîmes y sus alrededores, ahorrando tiempo y dinero. Diseñado para adaptarse a la duración de tu estancia (2, 4 o 7 días), este pase te permite acceder a múltiples lugares emblemáticos con una sola compra.

Beneficios del Nîmes City Pass:

  • Acceso a monumentos y museos:
  • Monumentos romanos de Nîmes: Arenas, Maison Carrée y Tour Magne.
    Museo de la Romanité.
    Carré d’Art.
    Museo de Bellas Artes.
    Museo de las Culturas Taurinas.
    Museo del Antiguo Nîmes.
    Museo de Historia Natural.
    Cripta abacial de Saint-Gilles.
    Pont du Gard: Acceso al museo, cine y zona lúdica.
  • Actividades adicionales:
  • Una visita guiada (para tours de 8 €, según calendario) o un viaje en el tren turístico (excepto en días de Feria).
    Descuentos exclusivos:
  • 5% de descuento en la tienda de la Oficina de Turismo.
  • Flexibilidad:
  • Acceso único a cada sitio durante la validez del pase.
    Posibilidad de planificar tus visitas con la app dedicada, que indica los lugares más cercanos.


Cómo usar el Nîmes City Pass: Puedes comprarlo en línea y recibir un pase electrónico o adquirirlo en un punto de venta físico (te entregarán un folleto guía), como la oficina de turismo. Una vez lo tengas, solo muestra tu pase (en formato digital o papel) en las entradas de los sitios. La validez del pase comienza en la primera visita y cuenta días completos (de mañana a noche).

Ya podemos comenzar nuestra visita a la ciudad, aunque nosotros antes de entrar al anfiteatro hicimos una pequeña pausa para disfrutar de un café con croissant y vistas al anfiteatro. Verás una preciosa terraza cerca de la entrada al anfiteatro, es el Grand Café La Bourse. Como referencia de precio, un capuccino, un café cortado y dos croissants, 9€.

Si no te apetece terraza, el interior es super bonito y podrás ver hasta un cartel en español de las ferias de toros. Si, Nimes es de los pocos lugares de Francia en los que están permitidas las corridas de toros, consideradas una tradición cultural. De hecho, verás la escultura de un torero justo delante del anfiteatro romano, una de las fotos icónicas de la ciudad.

Y después de situarnos en la ciudad comenzamos la visita, como no podía ser de otra forma , por el Anfiteatro romano.

LAS ARENAS DE NIMES:

La majestuosidad de este anfiteatro romano te dejará sin aliento. Su imponente fachada, con 21 metros de altura y 120 arcadas que parecen desafiar el tiempo, se alza como testimonio vivo de la grandeza de la civilización romana. Este coloso, construido a finales del siglo I d.C., es considerado, como te he comentado, uno de los anfiteatros mejor conservados del mundo, un logro atribuido en parte a su reutilización a lo largo de los siglos, pasando de fortaleza medieval a viviendas fortificadas, y finalmente recuperando su esencia original como lugar de espectáculos.

Al entrar, me fascinó su diseño , su forma elíptica, de 133 por 101 metros, rodeada de 34 gradas que podían acoger a 24.000 espectadores en la antigüedad, demuestra la perfección de la ingeniería romana. Cada detalle parece pensado para maximizar la experiencia de los asistentes: un sistema de pasillos, escaleras y vomitorios permitía una entrada y evacuación rápida, un avance que incluso supera en eficiencia a muchos estadios modernos.

En la época romana, este anfiteatro era el epicentro del ocio en Nîmes. Imaginar los combates de gladiadores y las cacerías que se celebraban aquí resulta inevitable. Los gladiadores, auténticos héroes populares, eran recibidos con fanfarrias y vítores antes de enfrentarse en duelos regidos por rituales precisos. Este escenario de vida y muerte también albergó una escuela de gladiadores, lo que refleja la importancia de estos espectáculos para la sociedad de la época.

El recorrido por las galerías interiores permite revivir esa atmósfera pasada. Es imposible no maravillarse con la robustez de su arquitectura abovedada, diseñada para sostener a miles de espectadores mientras disfrutaban de las hazañas que se desarrollaban en el ruedo. En el siglo XIX, las Arenas recuperaron su función original de espacio para espectáculos, y desde entonces, no han dejado de reinventarse. Hoy en día, con capacidad para 16.300 personas, cuentan con una cubierta móvil y un sistema de calefacción que las adapta a los tiempos modernos sin perder su esencia histórica.

Cada año, las Arenas acogen eventos que mantienen viva su tradición como centro de entretenimiento. Desde las famosas corridas de toros durante las ferias de Pentecostés y vendimias, hasta los conciertos de verano que hacen vibrar a miles de asistentes, este lugar sigue siendo un símbolo de cultura y diversión. Los Grandes Juegos Romanos, celebrados desde 2010, recrean la gloria de la antigüedad con desfiles y espectáculos históricos, transportando a los espectadores a los días de esplendor del Imperio Romano.

Desde las gradas más altas, la vista es simplemente espectacular. Es fácil entender por qué tantos artistas eligen este lugar para sus conciertos. Pasear por este anfiteatro es un viaje al pasado, una oportunidad única para conectar con la historia y admirar una obra que, siglo tras siglo, sigue dejando a todos sin palabras. Las Arenas de Nîmes no son solo un monumento, son el alma misma de la ciudad.

Salimos del anfiteatro y tomando la Rue de la République en dirección noreste. Esta calle te llevará directamente a la Iglesia de Saint Paul, una joya neogótica construida en el siglo XIX. Admira su fachada decorada y, si está abierta, entra para ver sus hermosos vitrales, nosotros la encontramos cerrada. Toma la Rue Saint-Paul y camina unos 200 metros hacia el este hasta llegar a la Rue Régale. Sigue por esta calle hasta encontrar la Place de la Maison Carrée.

LA MAISON CARRÉE:

Frente a la Maison Carrée, me encontré ante un monumento que parece desafiar el tiempo. Este templo romano, erigido en honor a Cayo César y Lucio César, nieto e hijo adoptivo del emperador Augusto, es el único del mundo antiguo que ha llegado a nosotros completamente conservado. Su elegancia es innegable, con una fachada que mide 26 metros de largo por 15 de ancho y 17 de alto. Inspirada en los templos romanos de Apolo y Marte Ultor, su diseño armonioso habla de la sofisticación arquitectónica del Imperio Romano.

Construida en el siglo I d.C. como parte del Foro de Nemausus, la Maison Carrée no solo fue un centro religioso, sino también un símbolo de la lealtad de la colonia de Nîmes al emperador y su dinastía. La imponente puerta que hoy observamos data de 1824, y el techo del pronaos fue renovado a principios del siglo XIX. Estas restauraciones han sido clave para mantener su esplendor.

Lo más sorprendente de la Maison Carrée es su extraordinario estado de conservación, algo que se debe a su uso ininterrumpido desde el siglo XI. Ha sido casa consular, iglesia, archivo departamental y hasta sede de la primera prefectura de Gard tras la Revolución Francesa. En 1823, comenzó a ser utilizada como museo, y hoy es un símbolo del rico patrimonio de Nîmes, reconocido como Patrimonio Mundial de la UNESCO.

La plaza que rodea la Maison Carrée también es un espectáculo en sí misma. En 1993, el arquitecto Lord Norman Foster, conocido por diseñar el cercano Carré d’Art, transformó el entorno para crear un espacio que conectara ambos edificios en perfecta armonía. Esta integración moderna realza aún más la belleza clásica del templo. Frente a la imponente Maison Carrée, se alza el Carré d’Art – Musée d’Art Contemporain, una obra maestra de la arquitectura moderna diseñada por el renombrado Lord Norman Foster.

MUSEO DE ARTE CONTEMPORANEO:

Este edificio, inaugurado en 1993, con sus líneas transparentes y su atrio central, inspirado en los patios interiores de las casas de la región, aprovecha al máximo la luz natural, creando una atmósfera única que conecta lo antiguo con lo contemporáneo.

El museo alberga una colección que abarca desde la década de 1960 hasta la actualidad, reuniendo más de 400 obras que representan movimientos fundamentales como el Nuevo Realismo, Support-Surface y la Figuración Libre, todos con raíces en el sur de Francia. Además, el Arte Povera ocupa un lugar destacado con piezas de artistas como Mario Merz y Giuseppe Penone, mientras que el arte anglosajón y germánico está representado por figuras como Joseph Kosuth y Gerhard Richter. Las exposiciones temporales, renovadas anualmente, son una oportunidad para descubrir nuevos talentos y explorar la evolución del arte contemporáneo.

El Carré d’Art no solo es un museo, sino un espacio multifuncional que incluye una mediateca y un centro de documentación, en una propuesta similar al Centro Pompidou. Distribuido en cuatro niveles, dos de ellos soterrados, su diseño en terrazas refleja la arquitectura tradicional de la región. En el tercer piso, el restaurante Le Ciel de Nîmes ofrece una experiencia gastronómica con vistas excepcionales a los tejados y torres de la ciudad, y una perspectiva única de la Maison Carrée. Con capacidad para recibir hasta 33.000 visitantes al mes, el Carré d’Art se ha consolidado como un ícono contemporáneo de la ciudad, uniendo el arte, la historia y la vida cotidiana en un solo lugar. Nosotros no tuvimos tiempo para este museo pero si te apetece visitarlo, especialmente si haces la visita en invierno, te recomiendo dejarlo para última hora, en Nimes anochece muy pronto y es mejor que aproveches para visitar los exteriores cuando todavía hay luz.

Desde el Carré d’Art – Musée d’Art Contemporain, un paseo de aproximadamente cinco minutos por la Rue de la Maison Carrée te llevará a la Place d’Assas.

PLACE D’ASSAS:

Un rincón lleno de historia y simbolismo en el corazón de Nîmes. Esta plaza, conocida originalmente como Place du Lavoir por los lavaderos alimentados con aguas de la Fuente, fue renombrada en 1824. En 1986, el artista visual Martial Raysse la reestructuró, creando un espacio donde el arte y la historia conviven. Destacan las dos monumentales cabezas que se enfrentan de extremo a extremo: Nemausa, símbolo de las raíces de la ciudad, y Nemausus, representación masculina de la fuerza de Nîmes, todo atravesado por una corriente de agua que recorre la plaza.

En la Place d’Assas se erige un monumento dedicado a Ernest Denis, nacido en Nîmes en 1849, historiador y artífice clave en la creación de la República de Checoslovaquia. La estatua original, inaugurada en 1925, fue fundida en bronce a partir de un cañón austríaco donado por Checoslovaquia. Sin embargo, fue requisada en 1942 durante la Segunda Guerra Mundial.

En 1968, Praga ofreció una copia idéntica a Nîmes. Su transporte coincidió con la invasión soviética de Checoslovaquia, dificultando el traslado. Finalmente, la nueva estatua fue instalada en octubre de ese mismo año, devolviendo a la plaza este homenaje a un nimesino ilustre.

Desde la Place d’Assas, continúa tu recorrido hacia los Jardines de la Fontaine, un paseo de unos 10 minutos por el Boulevard Victor Hugo.

JARDINES DE LA FONTAINE:

Si hay un lugar en Nîmes que captura la esencia de esta ciudad cargada de historia, son los Jardines de la Fontaine. Durante mi visita, descubrí un espacio que combina a la perfección la majestuosidad de sus monumentos antiguos con la tranquilidad de un entorno natural . Ubicados en el corazón de la ciudad, estos jardines no solo son un pulmón verde, sino también un viaje al pasado que sorprende a cada paso.

Nada más entrar, después de caminar unos pasos, te encontrarás con la emblemática Fuente de la Fontaine, el punto de origen de Nîmes y núcleo del parque.. Si hay un símbolo que da vida a los Jardines de la Fontaine, es precisamente su fuente. Es el corazón palpitante de este espacio, y no es solo un elemento decorativo, sino el origen mismo de la ciudad de Nîmes. Allí, brota el agua que ha alimentado estas tierras desde tiempos inmemoriales, uniendo la historia romana con el presente.

La Fuente de la Fontaine no es solo un punto de partida para explorar los jardines, sino también un lugar para detenerse y admirar la mezcla perfecta entre naturaleza y arquitectura. Está rodeada de estanques, esculturas y balaustradas que reflejan un diseño clásico del siglo XVIII, cuando Jacques Philippe Mareschal, ingeniero de Luis XV, la integró en su visión de los jardines. Se trata de un homenaje al tiempo y al agua, un recurso vital que moldeó la vida y el desarrollo de Nîmes desde sus inicios. También es un lugar de encuentro, donde los visitantes se sientan a descansar o simplemente a disfrutar del momento mientras el agua sigue fluyendo, como lo ha hecho durante siglos.

Es imposible no sentir una conexión con la historia al estar allí. La fuente no solo es un testigo del pasado, sino también una invitación a imaginar la vida en la antigua Nîmes, cuando este lugar era un ninfeo, un espacio dedicado al culto de las aguas y los dioses. Hoy, sigue siendo un recordatorio de la importancia del agua como fuente de vida, belleza y calma

El diseño de los jardines está pensado para ofrecer una experiencia única. En la parte baja, los macizos de flores geométricos, los estanques rodeados de balaustradas y las esculturas cuidadosamente distribuidas crean un ambiente elegante y relajante. Es el lugar perfecto para pasear bajo la sombra de los tilos o simplemente sentarse en uno de los bancos y dejarse llevar por la calma del entorno. Al avanzar hacia la colina, el ambiente cambia: los caminos serpentean entre cipreses, olivos y plantas aromáticas como el romero y el tomillo, todo ello acompañado por el suave aroma mediterráneo que impregna el aire.

Me sorprendió la biodiversidad que alberga este espacio. Los paneles informativos a lo largo del recorrido no solo ayudan a identificar las especies autóctonas, sino que también invitan a apreciar la riqueza natural de la región. Es un lugar que parece diseñado para todos: las familias disfrutan de zonas de juegos para niños, los amantes del deporte encuentran rutas ideales para correr o caminar, y quienes buscan tranquilidad encuentran espacios perfectos para un picnic o una pausa .

Además, los Jardines de la Fontaine son un escenario vivo que se transforma con cada estación y con los eventos culturales que se celebran durante todo el año, desde conciertos hasta exposiciones al aire libre.

Aquí descubrirás el misterioso Templo de Diana, un vestigio romano cuya función sigue siendo un enigma, un vestigio de la antigua Nîmes que sigue fascinando a historiadores y viajeros. Aunque su verdadero propósito aún es un misterio, este edificio romano en ruinas invita a sumergirse en el pasado y a imaginar cómo era la vida en los primeros siglos de nuestra era.

Contrario a lo que su nombre sugiere, el Templo de Diana no parece haber sido un lugar de culto en honor a la diosa romana. Algunos expertos creen que pudo haber sido construido durante el reinado de Augusto, mientras que otros sitúan su cronología entre los siglos I y II d.C. Su planta basilical, más característica de una biblioteca o un espacio administrativo, refuerza la idea de que probablemente tuvo una función distinta a la religiosa.

A lo largo de los siglos, el Templo de Diana ha sido testigo de múltiples transformaciones. Durante la Edad Media, fue reutilizado como iglesia por el monasterio benedictino de Saint-Sauveur de la Fontaine. Sin embargo, este uso terminó bruscamente cuando la iglesia fue gravemente dañada en las Guerras de Religión a finales del siglo XVI. Hoy en día, lo que queda de este edificio es un evocador espacio abovedado de 14,52 metros de largo por 9,55 metros de ancho, con parte de su fachada oriental y sus pasillos laterales aún en pie.

Paseando entre sus muros desgastados por el tiempo, es fácil dejar volar la imaginación y pensar en los numerosos usos y significados que este edificio pudo haber tenido a lo largo de su historia.

Otro de los lugares que no te puedes perder cuando visites los Jardines es la Torre Magna ,ubicada en lo alto de los Jardines de la Fontaine, la imponente Torre Magna se erige como un testigo silencioso de la historia de Nîmes. Con sus 32 metros de altura actuales, esta estructura emblemática no solo ofrece unas vistas espectaculares de la ciudad y sus alrededores, sino también un recorrido por los vestigios de su pasado romano y galo.

En la época romana, Nîmes estaba rodeada por una extensa muralla augustea de 7 kilómetros, jalonada por 80 torres. La Torre Magna, la más grande y majestuosa de todas, destacaba no solo por su tamaño, sino también por su carácter estratégico y simbólico. Desde lejos, anunciaba la presencia de la ciudad y del santuario imperial situado en la Fuente, al pie de la colina. Sin embargo, sus orígenes se remontan aún más atrás, ya que fue construida sobre los cimientos de una torre de piedra seca de la Edad de Hierro, utilizada por los galos para vigilar la llanura y avistar viajeros.

La Torre Magna original constaba de tres niveles perfectamente ensamblados sobre una base robusta y tenía una forma octogonal regular. Aunque el último nivel ya no existe, su estructura sigue siendo imponente, y al ascender los 140 escalones que conducen a su cima, se obtiene una recompensa única: una vista panorámica de Nîmes que quita el aliento.

Esta torre, la única de las antiguas murallas que ha sobrevivido al paso del tiempo, es un recordatorio del prestigio y la relevancia de Nîmes en la época romana. Su ubicación estratégica y su diseño monumental demuestran la importancia de la ciudad como un núcleo clave del Imperio Romano. Debes tener en cuenta que la Torre Magna cierra entre la una y las dos de la tarde (horario de comida en Nimes) , nosotros tuvimos que descartar subir para verla por cuestión de tiempo. Te dejo una foto de la maqueta que hay en el Museo de la Romanité del que hablaremos más tarde.

Una vez visitados los Jardines, dirígete por la Rue Général Perrier en dirección sur para llegar al barrio Gambetta. Son unos 8 minutos caminando.

STREET ART EN EL BARRIO GAMBETTA:

Si eres de los que disfruta con el arte urbano, no te puedes perder una visita al conocido como «El pequeño Berlín» en Nimes. El Barrio de Gambetta y Richelieu es un auténtico museo al aire libre lleno de color y creatividad. Cerca de 200 murales decoran sus calles de colores vibrantes. Encontrarás murales realmente asombrosos que van sorprendiendo a cada paso. Puedes seguir la ruta que hicimos nosotros aquí. Fíjate bien porque hay murales que se te pueden escapar!

Desde el barrio Gambetta, sigue hacia el este por la Rue Nationale para llegar a la Puerta de Augusto, una impresionante entrada romana que formaba parte de las antiguas murallas. A pocos metros, encontrarás la Iglesia de Saint Baudile, con su fachada neogótica que destaca por su elegancia.

PUERTA DE AUGUSTO:

Esta imponente estructura, construida en el siglo I a.C. durante el auge del Imperio Romano, era más que una simple entrada: representaba la grandeza de la ciudad de Nemausus, como se conocía entonces a Nîmes, y formaba parte integral de su sistema defensivo.

La Puerta de Augusto destaca por sus cuatro arcos: dos grandes, diseñados para el paso de vehículos, y dos más pequeños, reservados para los peatones. Este diseño funcional, propio de la ingeniería romana, muestra la planificación meticulosa de una ciudad que conectaba a su gente con el mundo a través de la antigua Vía Domitia, la ruta que unía España y Roma pasando por Francia. Te imaginas a comerciantes, soldados, magistrados y esclavos cruzando esta puerta?

Al fondo del arco central, la estatua de bronce del emperador Augusto parece custodiar esta reliquia del pasado. Aunque el tiempo ha dejado su huella, la Puerta sigue siendo un testimonio de la habilidad arquitectónica y la influencia cultural de Roma. Frente a esta maravilla, la Iglesia neogótica de Saint Baudile y la Catedral de Nîmes añaden un contraste interesante entre lo antiguo y lo más reciente de la ciudad.

IGLESIA DE SAINT BAUDILE:

La iglesia de Saint Baudile, un ícono del estilo neogótico en Nîmes, es un rincón lleno de historia que merece una visita. Construida entre 1867 y 1877 según los planos del arquitecto bordelés Jean-Jules Mondet, esta majestuosa iglesia no solo destaca por su arquitectura, sino también por su profunda conexión con el pasado de la ciudad.

Dedicada a Saint Baudile, un mártir originario de Nîmes que vivió en el siglo III, este templo se alza como un tributo a la fe y al sacrificio. Sus imponentes torres, sus intrincados detalles góticos y la atmósfera solemne que envuelve el lugar te fascinará. Una combinación de simetría y ornamentos típicos del neogótico que todavía impresiona más al descubrir su interior con la luz filtrándose a través de vitrales que narran historias bíblicas y locales. Un ambiente, que en nuestro caso se volvió todavía más mágico cuando comenzó a sonar el órgano de la iglesia.

Después de visitar la iglesia, desde la Puerta de Augusto, toma la Rue des Lombards hacia el sur para llegar a la Catedral de Nîmes. Son 12 minutos a pie. De camino a la Catedral fíjate que encontrarás El Presbiterio.

El Presbiterio:

El Presbiterio de Nîmes es un auténtico tesoro arquitectónico, con una fachada de inspiración renacentista que lo hace único en la ciudad. Aunque las circunstancias exactas y la época precisa de su creación permanecen envueltas en misterio, se cree que data de los siglos XVI o XVII.

La entrada principal, flanqueada por dos pares de columnas jónicas, está diseñada como un pórtico que parece adelantarse hacia la calle, dándole una presencia imponente y elegante. Por encima de la entrada, las ventanas con parteluz y cruz se encuentran enmarcadas por pilastras de orden corintio, decoradas con delicados motivos de ramas de roble, un detalle que añade un aire de sofisticación a la estructura. En la parte superior, tres óculos iluminan discretamente el nivel de las buhardillas, completando la composición de esta extraordinaria fachada.

En 1746, la ciudad de Nîmes adquirió esta casa para convertirla en el presbiterio del cura de la catedral, dotándola de un propósito religioso que ha marcado su historia.

También verás el Musee du Vieux de NimesMuseo de lo Antiguo». Un museo dedicado a la historia antigua y tradicional de la ciudad de Nîmes, con un enfoque en su vida cotidiana, sus costumbres y su desarrollo a lo largo de los siglos. . Ubicado en el antiguo Palacio Episcopal del siglo XVII, aquí se revive la vida cotidiana de Nîmes desde el final de la Edad Media. Este museo permite sumergirse en las tradiciones locales y descubrir cómo era el día a día de los nîmeses a lo largo de los siglos, a través de objetos cotidianos y la recreación de interiores burgueses de los siglos XVIII y XIX.

Uno de los grandes atractivos del museo es su homenaje a la industria textil, un sector crucial en la historia de la ciudad. Entre las piezas expuestas destacan los famosos chales de Nîmes, que en el siglo XVIII se exportaban por toda Europa. Además, hay una sala especial, conocida como la «sala azul», dedicada a la icónica tela de Nîmes, el denim, que dio origen a los mundialmente conocidos blue jeans. Más tarde te contaremos esta increíble historia.

CATEDRAL DE NIMES: Cathédrale Notre Dame et Saint-Castor

La Catedral de Saint Castor, ubicada en el corazón del centro histórico de Nîmes, es un testimonio vivo de la historia de la ciudad y de los estilos arquitectónicos que han dejado su huella a lo largo de los siglos. La primera catedral de Nimes, consagrada por el papa Urbano II en 1096, se llamó Santa María y Nuestra Señora, y tomó el nombre de San Castor bajo la Revolución. Del edificio del siglo XI solo quedan algunos paños de la fachada y un bajo relieve Este imponente edificio religioso, ha vivido períodos de destrucción y renacimiento, marcados por las Guerras de Religión que azotaron el Languedoc. La catedral fue destruida dos veces y reconstruida sobre las ruinas. Católicos y protestantes pagaron conjuntamente un impuesto para reconstruirla en 1646 en un estilo próximo a lo que es hoy.

Construida originalmente sobre los cimientos de una iglesia merovingia, la catedral ha experimentado varias etapas de reconstrucción. Del edificio románico del siglo XI sobreviven elementos destacados, como partes de la fachada y un impresionante friso con escenas del Antiguo Testamento. Su estructura actual, remodelada en estilo neogótico durante el siglo XIX por el arquitecto Henri Revoil, conserva notables detalles históricos como un órgano del siglo XVII, sarcófagos galo-romanos y pinturas de maestros locales.

En la fachada, los elementos decorativos, como un frontón, una cornisa y un friso romano, se inspiran directamente en los motivos del mundo galo-romano, con diseños de hojas de acanto y cabezas de león que recuerdan a la Maison Carrée. La catedral está rodeada por la encantadora Place aux Herbes y otras plazas que forman un conjunto monumental que resalta su majestuosidad en el corazón de la ciudad.

Cuando la visitamos nosotros (Noviembre 2024) se encontraba en obras y no pudimos apreciar todo su esplendor, sobre todo el exterior que estaba cubierto.

A unos seis minutos de la Catedral encontrarás la última visita del día, el Museo de la Romanité. El hecho de dejar el museo para el final del día no fue casual, como ya te hemos contado, nuestro viaje fue a finales de noviembre, en esa época anochece sobre las cinco y media de la tarde, por lo cual, es más acertado dejar esta visita, interior, para el final porque aunque no haya demasiada luz, lo disfrutarás igual. Por otro lado hay lugares como los Jardines de la Fontaine que debido a su extensión y especialmente si quieres subir hasta la Torre Magna es mejor que hagas por la mañana. La Torre Magna cierra a la hora de comer. Y el Barrio de Gambetta , también te aconsejo visitarlo antes de que anochezca.

MUSEO DE LA ROMANITÉ:

Si eres amante de la historia , el Museo de la Romanidad es una parada imprescindible. Este espacio moderno inaugurado en 2018, te llevará por un fascinante recorrido de más de 25 siglos de historia. Ubicado justo frente a la majestuosa Arena de Nîmes, no podría tener un emplazamiento más estratégico. Desde su arquitectura moderna, diseñada por Elizabeth de Portzamparc, hasta su fachada de vidrio que evoca mosaicos romanos, el edificio ya es una obra de arte antes de cruzar la puerta.
En el interior, te espera una experiencia única. El museo cuenta con más de 9.200 m² de espacio expositivo donde se exhiben 5.000 piezas seleccionadas de una colección total de 25.000. Aquí descubrirás desde la época gala y los orígenes de Nîmes, pasando por el esplendor del Imperio Romano, hasta la Edad Media.

  • Entre los tesoros más destacados encontrarás:
  • El mosaico de Penteo, una joya arqueológica que revive con proyecciones digitales.
    Una domus romana reconstruida, donde puedes explorar cómo vivían las élites de la época.
    Inscripciones, sarcófagos y monedas que narran historias de los habitantes de Nîmes hace casi 2.000 años.
    Mapas interactivos y realidad aumentada que te permitirán “caminar” por la Nîmes romana.

No solo disfrutarás de la historia, sino también de un entorno exterior muy especial . El museo cuenta con un jardín arqueológico de 3.500 m² donde las plantas reflejan las épocas históricas que se exploran dentro del edificio. Desde los cereales y leguminosas de la época prerromana hasta el laurel y ciprés del periodo romano.

El Museo de la Romanidad pertenece a la nueva generación de museos interactivos. Gracias a herramientas como la realidad aumentada, proyecciones inmersivas y pantallas móviles, no solo aprenderás, sino que sentirás que formas parte de la historia. Puedes incluso vestirte como un romano, explorar los oficios de la época o participar en una excavación virtual.

En la parte superior cuenta con un mirador excepcional con vistas al anfiteatro romano y una panorámica 360º de los principales monumentos de la ciudad que no te puedes perder. Incluso por la noche, vale la pena.

Llegados a este punto y después de haber recorrido toda la ciudad, seguro que hay un detalle que te ha llamado la atención. Te habrás fijado que por toda la ciudad hay un elemento que se repite, el cocodrilo encadenado a la palmera. Te vamos a contar esta y otra curiosidad que seguro no te esperas de esta increíble ciudad.

Curiosidades de Nîmes: El Cocodrilo y el Origen de los Blue Jeans

Nîmes, la histórica ciudad del sur de Francia, está llena de secretos fascinantes que quizás no conocías. Desde un cocodrilo como símbolo de la ciudad hasta su inesperado vínculo con los blue jeans, aquí te contamos dos historias curiosas que te harán ver esta ciudad con otros ojos.

El Cocodrilo de Nîmes: Un Símbolo con Origen en Egipto
Si visitas Nîmes, inevitablemente verás un cocodrilo atado a una palmera en su escudo y en un montón de lugares a lo largo de la ciudad. ¿Por qué este animal, tan ajeno a Europa, representa a la ciudad? La respuesta nos lleva a los días de la antigua Roma y las tribus galas.

Los volcos arecómicos, habitantes originales de la zona, se aliaron con los romanos durante la Guerra de las Galias, lo que les permitió conservar su religión y tradiciones.
Más tarde, estos guerreros galos lucharon junto al emperador Augusto en la guerra contra Egipto, donde Marco Antonio y Cleopatra fueron derrotados.
Tras la victoria, Augusto mandó acuñar una moneda con la imagen de un cocodrilo atado a una palmera, simbolizando el sometimiento de Egipto. Los soldados galos regresaron a su hogar en Nîmes, llevando esta moneda como recuerdo. Orgullosos de su papel en la campaña, adoptaron el cocodrilo como símbolo de la ciudad, un emblema que sigue vigente hasta hoy.

Nîmes y los Blue Jeans: Una Historia de Moda y Resistencia
Otra curiosidad de Nîmes es su conexión con una de las prendas más icónicas del mundo: los blue jeans. ¿Cómo llegó esta ciudad francesa a ser el origen de los vaqueros? Aquí te lo explicamos:

En el siglo XVII, Nîmes era un importante centro textil que producía la “sarga de Nîmes”, una tela resistente con un característico tejido oblicuo.
Este material, teñido con índigo italiano, se exportaba a Estados Unidos para fabricar tiendas de campaña y ropa de trabajo.
Un comerciante llamado Levi Strauss adquirió un lote de esta tela para confeccionar ropa para los mineros durante la fiebre del oro. Era el lote 501. Así nació el denim (de Nîmes), que pronto se convirtió en los famosos Levi’s 501.
Además, el término “blue jeans” tiene su origen en el nombre del tinte: “le bleu de Gênes” (el azul de Génova), que con el tiempo derivó en la palabra que conocemos hoy.

Creo que hemos aprovechado el día en Nimes al máximo, a ti que te parece? Si te organizas te dará tiempo a ver todo. Cierto es, que nosotros descartamos subir a la Torre Magna porque nos llevaba mucho tiempo y también el Museo de Arte Contemporáneo. El resto, lo vimos todo e incluso nos pasamos un buen rato caminando y descubriendo murales únicos en el barrio de Gambetta. Nos hubiera gustado tener más tiempo? No te lo voy a negar, si. Lo ideal serían dos días. Pero ha sido una visita super completa. Y aunque a la hora de comer nos decidimos por una conocida cadena internacional de comida rápida , por cuestión de tiempo. Lo encontrarás en el Centro Comercial Nimes Estoile, de camino al Barrio de Gambetta. Para la cena, nos dimos un buen homenaje en un restaurante que no te puedes perder, La Table Du 2.

RESTAURANTE LA TABLE DU 2:

Cenar en La Table du 2, y tengo que decir que fue una experiencia que difícilmente olvidaré. Imagina esto: un restaurante situado en la azotea del Musée de la Romanité, frente a la majestuosa Arena de Nîmes, ese anfiteatro romano de 2000 años que parece sacado de otra época. Las vistas desde la terraza son un espectáculo en sí mismas, especialmente al atardecer, cuando la luz transforma todo en un cuadro viviente.

La cocina está a la altura de este entorno único, y no es para menos: el menú está diseñado por el chef Franck Putelat, reconocido con dos estrellas Michelin. Cada plato refleja su maestría y su capacidad para reinterpretar los clásicos de la brasserie francesa con un enfoque moderno y siempre fresco. Todo cambia con las estaciones.

El ambiente del restaurante es tan versátil como su cocina. Si tienes prisa, el servicio es ágil y eficiente, ideal para un almuerzo durante la jornada laboral. Pero si puedes relajarte y disfrutar del momento, este lugar es perfecto para una cena tranquila, un encuentro con amigos o incluso una comida de negocios. Lo mejor es que no necesitas comprar entrada al museo para acceder; un ascensor exclusivo te lleva directamente al restaurante, esté abierto el museo o no.

Y la terraza… ¡qué terraza! Probablemente una de las más espectaculares de Europa. No solo por la vista a la arena, sino por cómo el espacio combina modernidad y respeto por la historia que lo rodea. Es un rincón donde el tiempo parece detenerse y todo lo demás desaparece.

La Table du 2 es mucho más que un restaurante. Es un lugar donde la gastronomía, la historia y el diseño se entrelazan para crear una experiencia única. Si visitas Nîmes, no puedes perdértelo.

En cuanto al alojamiento, estuvimos en el Square Hôtel. Muy céntrico e ideal si haces el viaje en tren porque solo tendrás que cruzar, desde la estación de tren, la Explanada de Charles de Gaulle, al llegar a la Fuente giras a la derecha y a unos pasos ahí está el hotel. Y para coger el tren de vuelta, el nuestro salía a las nueve de la mañana, es una opción excelente porque no tendrás que madrugar mucho, desayunarás con calma y después de un pequeño paseo estarás en la estación. El desayuno, tipo bufet , se hace en la planta superior y cuentan con una amplia terraza con vistas a la ciudad . La chica de recepción, muy atenta, habla español. Está ubicado en la Square de la Couronne, una plaza muy coqueta con carrusel y todo. El dormitorio era sencillo, camas pequeñas aunque nos sobraba una porque nos pusieron 3. Las vistas a una calle bastante desmejorada y estrecha, vamos que no tenía vistas. Suponemos que tenían las otras habitaciones ocupadas porque si que es cierto que hemos visto fotos y las hay buenas, así que, si vas, elige bien.

Si tienes tiempo, toma un autobús desde el centro hacia el Puente del Gard, a unos 30 minutos. Este acueducto romano, Patrimonio de la Humanidad, es una obra maestra de la ingeniería y un lugar perfecto para una excursión de medio día. Ideal si tu visita es de más de un día.

RECOMENDACIONES:
SEGURO DE VIAJE:
Para viajar sin preocupaciones, te recomendamos contratar un seguro de viaje. Nosotros lo hicimos con IATI seguros y nos costó 14€ por persona para los 3 días de viaje. Además de las coberturas de asistencia médica, te cubrirá robos y daños de equipaje, regreso anticipado por enfermedad de algún familiar, convalecencia en el hotel y un montón de cosas más que, aunque mejor que no haga falta, nunca está de más tenerlo . Si lo contratas a través de mi enlace, además tendrás descuento. Recuerda que debes hacerlo antes de comenzar el viaje. Puedes reservarlo aquí.

Este viaje ha sido posible gracias a la colaboración de RENFE, TURISMO FRANCIA , CRTL OCCITANIE, TURISMO MONTPELLIER y TURISMO NÎMES .

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