Padrón, en la provincia de A Coruña, se ha convertido en el último pueblo gallego en unirse a la prestigiosa lista de Pueblos Mágicos de España. Este reconocimiento no es casualidad: su historia, patrimonio, tradiciones y entorno natural lo convierten en un destino imprescindible para quienes desean descubrir la esencia de Galicia. Además, Padrón es un punto clave del Camino Portugués del Camino de Santiago, siendo la última parada antes de llegar a la Catedral de Santiago de Compostela.

En este artículo te contamos los lugares que no te puedes perder en tu visita a Padrón, un plan ideal para uno o dos días.
Lugares imprescindibles en Padrón:
1. Casa-Museo de Rosalía de Castro:
Uno de los grandes atractivos de Padrón es la Casa-Museo de Rosalía de Castro, hogar de la insigne escritora gallega. Este espacio permite conocer la vida y obra de la autora y su papel fundamental en la literatura y la identidad gallega. Se pueden recorrer sus habitaciones, observar objetos personales y conocer el contexto histórico en el que vivió.
Descubre la Casa Museo de Rosalía de Castro: Un Viaje a la Historia y la Cultura Gallega
Para Galicia, Rosalía de Castro es mucho más que una escritora. Es un símbolo, un referente que ha trascendido generaciones y fronteras, uniendo a los gallegos en un sentimiento de pertenencia y orgullo por su tierra. Su obra ha inspirado canciones, imágenes y homenajes, convirtiéndola en una de las figuras más influyentes de la literatura gallega y universal.
Si eres amante de la literatura, la historia o simplemente quieres conocer más sobre la cultura gallega, la Casa Museo de Rosalía de Castro, es una parada imprescindible . Este espacio, donde la escritora vivió sus últimos años, te sumergirá en su vida, su obra y el contexto en el que desarrolló su legado.
Historia de la Casa Museo
La Casa da Matanza, nombre original de la vivienda, quedó abandonada poco después de la muerte de Rosalía en 1885. No fue hasta 1946 cuando Xosé Villar Granjel y Xosé Mosquera la adquirieron con el propósito de conservar su memoria. En 1947 se creó el Patronato Rosalía de Castro, y tras diversas reformas, la casa fue restaurada en 1971 e inaugurada como Casa Museo en 1972. Desde entonces, la Fundación Rosalía de Castro ha trabajado en su conservación y difusión.



Qué Ver en la Casa Museo
La Casa Museo está dividida en dos plantas, cada una con un enfoque distinto:
Planta baja: «El perfil de una sombra»
Aquí el visitante encontrará una introducción a la figura de Rosalía de Castro y su relevancia en la historia y la cultura gallega. A través de documentos, objetos personales y material interactivo, se hace un recorrido por su vida y su entorno.


Primera planta: «El suyo»
Esta planta recrea la vivienda rural de la época en la que vivió Rosalía. Se puede visitar la cocina, el comedor, dos dormitorios y una biblioteca. También se exponen distintas ediciones de sus obras y una selección de objetos históricos que ayudan a comprender la importancia de su figura.


La Casa Museo no es solo un lugar de recuerdo, sino un epicentro de la cultura gallega. Desde su apertura, el recinto ha ido ampliando sus instalaciones, incluyendo un auditorio con capacidad para 150 personas y el Centro de Estudios Rosalianos, donde se organizan cursos, seminarios y publicaciones especializadas.
El jardín que rodea la casa, que en su época fue una huerta, ha sido transformado en un espacio verde que recrea la estética de la época de la escritora, proporcionando un lugar ideal para pasear y reflexionar sobre su legado.
- Información Práctica
- Horarios de visita:
- Horario de verano (julio a septiembre): de 10:00 a 14:00 h y de 16:00 a 20:00 h.
- Resto del año: de 10:00 a 13:30 h y de 16:00 a 19:00 h.
- Domingos y festivos: de 10:00 a 13:30 h.
- Lunes cerrado.
- Precios:
- Entrada individual: 3 €
- Grupos de más de 20 personas: 2 €
- Colegios (mayores de 6 años): 1 €
- Colegios (menores de 6 años): gratuita
- Amigos/as, protectores/as y mecenas: gratuita
Visitar la Casa Museo de Rosalía de Castro es sumergirse en la historia, la literatura y la identidad de Galicia. Ya sea para conocer más sobre la autora o para disfrutar de un rincón lleno de historia y cultura, esta visita te permitirá entender por qué Rosalía sigue siendo un símbolo eterno para los gallegos. Un viaje a su casa es, sin duda, un viaje al corazón de Galicia.
2. Jardín Botánico-Artístico:
Pasear por el Jardín Botánico-Artístico de Padrón es adentrarse en un pequeño universo de verdor, historia y belleza. Sus senderos invitan a perderse entre especies centenarias, flores exóticas y rincones llenos de magia que han sido testigos del paso del tiempo. No es un jardín cualquiera, sino uno de los más antiguos de España, con referencias documentadas desde 1869 y una declaración como Bien de Interés Cultural en 1946. Su origen se remonta al siglo XIX, cuando los terrenos pertenecían a los Condes de San Juan y fueron transformados en un espacio donde la naturaleza y el arte se entrelazan en perfecta armonía.
Con aproximadamente una hectárea de extensión, este jardín es un tesoro botánico que alberga cerca de 300 especies vegetales, muchas de ellas incluidas en el Catálogo Gallego de Árboles Singulares. Caminar por sus caminos es encontrarse con la imponente presencia de la palmera de Senegal, las majestuosas secuoyas rojas, el robusto roble fastigiado o el castaño de Indias, especies que han echado raíces profundas en este enclave gallego. A lo largo de los años, el jardín ha sido influenciado por diversos estilos europeos, con diseños que recuerdan la elegancia de los jardines ingleses, franceses e italianos.




En el corazón del jardín, un monumento de bronce conocido como el ‘Banco de los Enamorados’ recuerda a las parejas que, generación tras generación, han convertido este lugar en su refugio. También se pueden encontrar esculturas que rinden homenaje a figuras ilustres como el trovador medieval Macías O Namorado, protagonista de una leyenda de amor trágico, o Castelao, referente de la literatura y la identidad gallega.
Más allá de su valor histórico, el jardín es un festival de colores y aromas. Aquí conviven especies monumentales como el carpe, el enebro llorón o el árbol del coral, junto a especies conmemorativas que evocan paisajes lejanos, como el membrillero japonés, la camelia sasanqua o el boj común. La diversidad de plantas ornamentales añade aún más belleza al conjunto.
En primavera, el jardín se viste de gala con la floración mientras que en otoño, los tonos ocres y dorados de los árboles crean un paisaje melancólico y nostálgico. Es un lugar perfecto para desconectar, para leer bajo la sombra de un árbol centenario o simplemente para dejarse llevar por el susurro del viento entre las ramas.
A pesar de los altibajos en su conservación a lo largo de los años, este jardín ha logrado mantenerse como un emblema de Padrón, un espacio donde la naturaleza y la cultura se dan la mano. Abierto todos los días de 09:00 a 22:00, su entrada es completamente gratuita, lo que lo convierte en una visita imprescindible para quienes buscan una experiencia auténtica y enriquecedora en este rincón de Galicia.
3. Iglesia de Santiago De Padrón:
A orillas del río Sar, se alza la Iglesia de Santiago, un templo cargado de historia y simbolismo jacobeo. Aunque la actual edificación data del siglo XIX, su origen se remonta al siglo X, cuando el obispo Gudesindo mandó construir el primer templo documentado en este lugar sagrado. A lo largo de los siglos, ha sido testigo de reformas, reconstrucciones y cambios de estilo que han dejado huella en su estructura, reflejando la evolución de la tradición peregrina y la importancia de Padrón en la historia del Camino de Santiago.
Lo que hace única a esta iglesia no es solo su arquitectura neoclásica o su legado medieval, sino el Pedrón, una piedra con un significado profundo para la tradición jacobea. Bajo su altar mayor se encuentra este ara romana dedicada originalmente a Neptuno, que con el paso del tiempo fue reinterpretada por el cristianismo como el punto donde, según la leyenda, los discípulos Teodoro y Atanasio amarraron la barca que trajo el cuerpo del Apóstol desde Palestina. De este símbolo proviene el nombre de la villa, Padrón, y es el eje en torno al cual gira la historia de este templo y su estrecha relación con la translatio, el traslado del Apóstol a tierras gallegas.


El templo que hoy se alza fue construido entre 1859 y 1867, después de que la anterior iglesia gótica, que había resistido siglos de reformas y ampliaciones, se encontrara en un estado ruinoso. Para evitar las constantes inundaciones del río Sar, se levantó sobre un terreno más alto y se reorientó su estructura, situando la cabecera junto al río y la fachada principal mirando al este, a diferencia de sus predecesoras. Conserva, sin embargo, vestigios de su pasado, como un púlpito tardogótico con el escudo de los Fonseca y la imagen de Santiago peregrino.
Durante siglos, los peregrinos que llegaban hasta aquí rendían homenaje al Apóstol abrazando una imagen suya, una costumbre similar a la que se mantiene en la Catedral de Santiago. Aunque esta práctica se ha perdido con el tiempo, el templo sigue albergando reliquias de gran valor, como un pequeño relicario con la inscripción “S.JAC.M.AP”, que podría contener una diminuta pieza ósea vinculada al Apóstol.
Además del Pedrón y las reliquias, en su interior se encuentran dos óleos del siglo XVIII que narran episodios clave de la historia jacobea: la aparición de la Virgen a Santiago y la translatio. Estos detalles, junto con su estrecha relación con la Catedral de Santiago, han mantenido viva la importancia de esta iglesia dentro de la ruta jacobea. Tanto es así que cada 30 de diciembre, al igual que en la Catedral compostelana, se celebra la ceremonia de la traslación, una tradición con referencias documentales desde 1588 y que fue recuperada en 2008 tras un largo periodo de olvido.
Horario. VISITAS. Lunes a sábado: de 10.00 a 13.00 h y de 17.00 a 20.00 h. Domingos y festivos: de 10.00 a 13.00 h. Acceso gratuito
4. Puente de Santiago:
El Puente de Santiago, también conocido como Puente del Carmen, es una de las estructuras más emblemáticas de Padrón. Su origen medieval lo convierte en un testigo silencioso de la historia de la villa, pero a lo largo de los siglos ha sufrido numerosas remodelaciones, siendo la más drástica la reconstrucción del siglo XIX tras una devastadora riada.
Un día de marzo de 1845, Padrón despertó ante el estruendo del río Sar desbordado. La crecida de las aguas golpeó con fuerza la estructura del puente, dañando gravemente dos de sus cuatro arcos. Con el paso de los días, la erosión hizo ceder la debilitada construcción, sumergiendo parte de sus restos en el cauce del río. La destrucción del puente no solo fue una catástrofe arquitectónica, sino que dejó incomunicada a la villa, interrumpiendo el tránsito de carros y dificultando el acceso a víveres y agua potable. Reconstruir el puente no fue tarea fácil. La obra se prolongó durante años. Pese a las dificultades, la pasarela renació, consolidándose como el nexo de unión entre las dos orillas del Sar y conectando directamente los municipios de Padrón, Rois y Dodro.



El Puente de Santiago forma parte del alma histórica y cultural de Padrón. Cruzándolo, se accede a la fuente de O Carme y all camino que lleva al Convento do Carme, erigido sobre la ladera del monte de San Gregorio.
5. Fonte do Carme:
La Fuente do Carmo es lo primero que nos llamará la atención cuando crucemos el Puente de Santiago. Monumental en tamaño y simbolismo, su origen se pierde en el tiempo, aunque se sabe que fue restaurada a finales del siglo XVIII bajo el reinado de Carlos IV, como recuerda una inscripción en su fachada. Construida en sillería granítica, su estructura está decorada con esferas y coronada por un frontón que otorga a la fuente una elegancia sobria y solemne.
El agua que brota de la fuente está envuelta en leyendas. Se dice que surgió milagrosamente cuando el Apóstol Santiago golpeó tres veces la roca con su báculo, dotando al manantial de un aura sagrada. En su parte superior, una hornacina recoge el momento en que el Apóstol llega a Galicia, transportado por sus discípulos en la barca de piedra. Justo debajo, otra escena lo muestra bautizando a la reina Lupa, un episodio clave en la tradición jacobea que simboliza la conversión del pueblo al cristianismo.


Pero es en la parte inferior donde la devoción popular se hace más visible. Allí, la imagen de la Virgen de los Dolores vela en silencio, su presencia envuelta en ofrendas de flores y velas encendidas. Desde tiempos inmemoriales, las mujeres embarazadas acuden a ella en busca de protección y un parto feliz, dejando a sus pies pequeñas velas encendidas.
6. Convento do Carme:
Elevándose sobre la ladera del monte San Gregorio, el Convento do Carme de Padrón es una joya del neoclasicismo gallego y un mirador excepcional sobre la villa. Su historia comienza en el primer tercio del siglo XVIII, cuando Alonso de la Peña y Montenegro, obispo de Quito y natural de Padrón, donó 40.000 duros para su construcción. En 1715, la Orden de los Carmelitas Descalzos aprobó su fundación, colocando la primera piedra en 1719 y finalizando las obras en 1762.
Acceder al convento es como un viaje en el tiempo. La Costiña do Carme, con su empedrado centenario, guía al visitante hasta una gran escalinata labrada en la roca, como si la piedra misma sostuviera el edificio. Una vez arriba, se despliega un amplio atrio con vistas impresionantes: el casco histórico de Padrón, el río Sar, el paseo del Espolón y, en los días despejados, incluso Santiago de Compostela y la ría de Arousa.



El convento presenta una estructura rectangular de tres alturas, construida en piedra de cantería. Su fachada, sobria y elegante, sigue la disposición del Real Monasterio de la Encarnación de Madrid, aunque en este caso, las ventanas superiores fueron sustituidas por dos escudos. En su interior, el conjunto se articula en torno a un claustro sencillo, donde destacan dos fuentes, dedicadas a San José y Santa Teresa, y una capilla en honor a esta última.
Originalmente, el convento estuvo dedicado a San José, con una figura del santo en el altar mayor y otra, esculpida en piedra por Felipe de Castro. Durante la desamortización de 1835, la comunidad carmelita fue expulsada y el edificio pasó a manos del Estado. En 1849, el Ayuntamiento de Padrón reclamó su uso, albergando en su interior el juzgado, un almacén de sal e incluso un pequeño teatro. En 1866, la Orden de los Dominicos solicitó su recuperación y, en 1870, abrió en él un colegio dedicado a la enseñanza secundaria, el bachillerato y la filosofía.



Los dominicos se mantuvieron en el convento hasta la década de 1980, cuando su deterioro forzó su abandono, quedando a cargo de un único fraile que aún hoy oficia misa. A pesar del paso del tiempo, el Convento do Carme sigue siendo un símbolo de Padrón, un espacio donde la historia, la espiritualidad y la belleza paisajística se funden en una misma esencia. Puedes ver su interior poco antes o después de las misas que tienen este horario: Lunes a Sábado a las 19:30. Domingo a la 13:00 y 19:30. Acceso gratuito
7. Ermita de Santiaguiño do Monte:
Sobre un conjunto de rocas graníticas en la cima del Monte San Gregorio, se alza la Ermita de Santiaguiño do Monte, un santuario cargado de historia y tradición jacobea. Su origen es incierto, pero se sabe que fue impulsada en el siglo XV por el arzobispo Rodrigo de Luna y posteriormente restaurada en el siglo XX por el arzobispo Martín de Herrera.
De estilo barroco, su estructura consta de una única nave rectangular construida en granito. En su fachada destaca una portada con orejeras y una hornacina donde se encuentra la imagen del Apóstol Santiago, coronada por un gran tímpano curvo. En su interior, sencillo y austero, se conserva una antigua imagen pétrea del Apóstol, cuya erosión en manos y dedos evidencia siglos de devoción por parte de los peregrinos. En el suelo puede verse la tumba gótica de San Gregorio, el canónigo de Iria que impulsó su reconstrucción con fondos propios y edificó viviendas para familias necesitadas. La ermita está abierta unicamente durante la celebración de la romería de Santiaguiño do Monte cada 25 de Julio.
Desde la Edad Media, este enclave ha sido un punto clave en la ruta jacobea. Según la leyenda, mientras el Apóstol Santiago predicaba en la zona, una mujer lo desafió diciendo: «Si tu Dios tiene tanto poder, que haga brotar agua para calmar mi sed». En respuesta, Santiago golpeó una roca con su báculo y, de inmediato, surgió un manantial. Desde entonces, la fuente de Santiaguiño se ha vinculado con el perdón de los pecados y se mantiene la tradición de recoger su agua en la víspera de San Juan para purificar y alejar los malos espíritus.



Junto a la ermita se encuentran diez enormes rocas, conocidas como batolitos. En el centro de este conjunto destaca la imagen de Santiago sobre una peana. En el siglo XVI, los peregrinos subían de rodillas rezando en cada escalón y completaban el rito atravesando los tres huecos naturales de las rocas, llamados infierno, purgatorio y cielo. La tradición popular sostiene que quien no los recorra en vida, lo hará después de su muerte. Además de su valor religioso y paisajístico, en la zona se han hallado restos arqueológicos que podrían remontarse a la Edad de Hierro (siglo III a. C.), reforzando la teoría de que este enclave fue un antiguo lugar de culto.


El área recreativa de Santiaguiño do Monte ofrece un espacio natural perfecto para el descanso y el ocio. Cuenta con mesas, parrillas, fuentes y un parque infantil, ideal para disfrutar en familia o con amigos. Se puede llegar de dos maneras:
A pie, subiendo los 132 escalones que parten cerca del Convento do Carme, una ruta cargada de simbolismo y belleza.
En coche, tomando la carretera AC-299 en dirección a Rois y desviándose a la izquierda unos 300 metros después del puente de Santiago.
8. Santuario de Nosa Señora da Esclavitude:
A medio camino entre Santiago de Compostela y Padrón se alza el imponente Santuario de Nosa Señora da Escravitude, un templo de estilo barroco y neoclásico que combina historia, devoción y arquitectura monumental. Su construcción principal data del siglo XVIII, aunque una de sus torres fue añadida en el siglo XIX. Obra del arquitecto José San Martín, su estructura destaca por su planta de cruz latina con una sola nave, crucero y presbiterio, todo en granito.
Su fachada presenta una gran hornacina con la imagen de la Virgen, flanqueada por dos altas torres gemelas con balcones de balaustres y coronadas por un templete octogonal con cúpula. La entrada está precedida por una majestuosa escalinata barroca de granito con balaustradas y pináculos decorativos. En las paredes de una de sus torres se pueden ver dos relojes de sol.
Según la tradición, en 1582 el párroco de Cruces mandó tallar una imagen pétrea de la Virgen con el Niño para agradecer su salvación tras librarse de morir aplastado por un árbol. La imagen fue colocada sobre una fuente del lugar.



Años después, en 1732, un enfermo de O Salnés que viajaba a Santiago en busca de cura se detuvo en la fuente y pidió ayuda a la Virgen. Tres días después, sin haber recibido tratamiento médico, estaba completamente curado. Lleno de gratitud, pronunció la frase que dio nombre al santuario: “Gracias, Virgen, porque me has librado de la esclavitud de mi mal”. Este suceso atrajo a numerosos devotos que acudían en busca de curación, realizando generosas donaciones. Con los fondos recaudados se levantó el actual templo, que fue finalizado en 1885.
El interior del santuario alberga magníficos retablos barrocos, uno de ellos dorado, con imágenes y pinturas murales que relatan los milagros y acontecimientos que dieron origen a su construcción. La nave está dividida por arcos fajones de medio punto sobre un entablamento continuo con pilastras, mientras que el crucero, de gran altura, se remata con una linterna exterior.
Bajo la escalinata del atrio se encuentra la Fonte Santa, el manantial que según la tradición posee propiedades milagrosas. Desde hace siglos, peregrinos y visitantes han bebido de sus aguas con la esperanza de recibir curación y bendiciones.
Se trata de una visita imprescindible para quienes recorren el Camino de Santiago. Puedes visitar su interior de 7:00 a 12:00. El acceso es gratuito.
9. Convento Franciscano de San Antonio de Herbón:
Enclavado en un entorno natural privilegiado, el Convento Franciscano de San Antonio de Herbón es un lugar donde historia, espiritualidad y tradición agrícola se entrelazan. Fundado en 1396 por fray Gonzalo Mariño y fray Pedro de Nemancos, este emblemático recinto ha cumplido diferentes funciones a lo largo de los siglos: fue colegio de misioneros (1701-1985), seminario menor (1865-1884), convento y colegio (1931-1995) y, en la actualidad, sigue siendo hogar de una pequeña comunidad de frailes franciscanos. Nosotros conocimos al padre Francisco Honrubia, uno de los tres franciscanos que siguen viviendo en el convento. En 2013, su valor histórico y artístico fue reconocido con la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC).
Aunque su exterior es austero, en su interior el convento alberga auténticas joyas arquitectónicas y artísticas. Destaca su majestuoso claustro, la dependencia del arzobispo y la iglesia con un magnífico retablo restaurado, obra de Jacinto de Barrios, que comparte protagonismo con las esculturas de Gambino y el altar mayor realizado por Benito Collazo.



El coro alto del siglo XVIII, con su sillería de 41 asientos y celosía central con un crucifijo, es otro de los grandes tesoros del convento. Cuenta con un órgano de 1732, aunque lamentablemente el deterioro de este es tal que es imposible su restauración. Entre sus muchas reliquias, el museo de arte sacro exhibe figuras barrocas de San Antonio y San Francisco, vestimentas litúrgicas y valiosos manuscritos, como el libro de Fray Antonio Herosa sobre la historia de Herbón y la comarca de Padrón.





Rodeado por una muralla de 825 metros, el convento se asienta en un terreno de más de diez hectáreas que combina una preciosa «carballeira» , jardines y huertas. Sus espacios exteriores incluyen una gran zona de campamentos, zona ajardinada para pasear entre camelios una fuente y hasta una piscina. Para los campamentos cuentan con una buena infraestructura de dormitorios, baños con duchas, cocinas y comedores.
Uno de los rincones más curiosos es la Fuente de San Bieito, reformada en 1786, donde una figura de San Francisco vierte agua milagrosa por el pecho. También destaca un cruceiro del siglo XVI, testigo del pasado monástico de Herbón.



Herbón es mundialmente conocido por su producto estrella: los pimientos de Herbón ( unos pican y otros no) , cuyo cultivo comenzó en estos terrenos gracias a los frailes franciscanos. Se cuenta que los primeros fueron traídos de las Americas por un monje franciscano al convento.
Desde junio hasta octubre, los peregrinos que recorren el Camino Portugués hacia Santiago encuentran en el convento de Herbón un lugar de acogida. Además del albergue privado, a las 20:00 horas se celebra la tradicional misa con bendición del peregrino, un emotivo momento para quienes buscan descanso y espiritualidad antes de continuar su viaje.
Para los visitantes, se ofrecen visitas guiadas que recorren la iglesia, el convento, sus jardines y las históricas pesqueiras del río Ulla, donde los monjes pescaban en el pasado. Una visita muy recomendable que realiza Juan Ramón Martínez, muy amena y que a nosotros personalmente nos ha encantado. Puedes reservarla por teléfono: 666174428 o en la oficina de turismo de Padrón.
10. Iglesia de Santa María a Maior de Iría Flavia Y Cementerio de Adina:
Considerada la primera iglesia mariana del mundo, la Iglesia de Santa María la Mayor de Iria Flavia es un auténtico tesoro histórico y uno de los templos más antiguos de Galicia. Su origen se remonta al siglo I d.C., aunque el edificio primitivo fue destruido por Almanzor en el año 999. En el siglo XII, el arzobispo Gelmírez ordenó su reconstrucción en estilo románico, y en el siglo XVII el arzobispo Monroi promovió su última gran reforma.



Antigua sede episcopal y colegiata hasta 1851, cuando fue reducida a parroquia, este templo ha sido testigo de la evolución religiosa y cultural de Galicia. En sus inmediaciones se han hallado sepulcros antropomorfos, lápidas y estatuas medievales, reflejo de su importancia a lo largo de los siglos.
La iglesia presenta una nave de planta rectangular y una imponente fachada con arcos apuntados sobre columnas. En su tímpano destaca una representación escultórica de la Adoración de los Reyes Magos. Su estructura se complementa con torres ojivales escalonadas y vidrieras que filtran la luz con un aire místico.
En su interior, alberga una impresionante colección de arte sacro. Su retablo mayor, obra de Miguel de Romay, es una de sus piezas más destacadas. También conserva una talla pétrea de la Virgen, varios sarcófagos de piedra y un mausoleo, elementos que refuerzan el carácter solemne del templo. Puedes visitarla gratuitamente en horario:
- De lunes a sábado:
– Mañanas: de 10:30 h a 14:00 h
– Tardes: de 17:00 h a 20:00 h - Domingo:
– Mañanas: de 10:30 h a 14:00 h



Junto a la iglesia se encuentra el Cementerio de Adina, un espacio cargado de historia y simbolismo. Aquí descansaron, entre 1885 y 1891, los restos de Rosalía de Castro, antes de ser trasladados al Panteón de Gallegos Ilustres en Santiago de Compostela.
Desde 2002, también es el lugar de descanso de Camilo José Cela, Premio Nobel de Literatura, cuyas huellas están muy presentes en la zona. Frente al cementerio, al otro lado de la carretera nacional, se encuentra un edificio histórico del siglo XVIII que originalmente fue residencia de canónigos. Hoy en día alberga la Fundación Pública Galega Camilo José Cela, donde se puede conocer la vida y obra del autor a través de manuscritos y colecciones privadas. Su fundación, alberga un archivo de más de 45.000 volúmenes, una pinacoteca con 700 pinturas originales y el Museo del Ferrocarril John Trulock, en honor a su abuelo, pionero del ferrocarril gallego.
11. Casco Histórico De Padrón:
Recorrer el casco histórico de Padrón es adentrarse en siglos de historia, cultura y tradición literaria. Desde sus plazas emblemáticas hasta sus monumentos dedicados a figuras como Rosalía de Castro y Camilo José Cela, cada rincón de esta villa gallega cuenta una historia fascinante.
Plaza de Macías: el eco de un amor trágico
La Plaza de Macías rinde homenaje a Macías el Enamorado, trovador gallego del siglo XIV cuya historia de amor prohibido lo llevó a un trágico final. Sus poemas, recogidos en el Cancionero de Baena y en el Cancionero de Palacio, se consideran una de las primeras manifestaciones de la lírica gallega en castellano.
Según la leyenda, Macías fue encarcelado por amar a una dama de alta cuna ya casada. Su destino quedó sellado cuando el marido despechado lo atravesó con una lanza en la torre del castillo de Arjonilla (Jaén), donde cumplía su condena.
Paseo del Espolón: tradición y literatura bajo la sombra de los plátanos
El Paseo del Espolón es el corazón del casco histórico de Padrón. Desde la Edad Media, todos los domingos acoge un mercado tradicional que atrae a visitantes de toda Galicia. Si visitas Padrón el domingo, no te lo pierdas, encontrarás puestos con artículos a la venta de todo tipo: ropa, calzado, plantas, frutas, verduras…. y si quieres completar la experiencia te recomiendo tomarte un plato de pulpo á feira en alguno de los puestos que hay en el mismo mercado, lo preparan en el momento y está buenísimo.

Bajo su arbolada del paseo del Espolón, se encuentran estatuas dedicadas a grandes figuras literarias: Rosalía de Castro, cuyo monumento fue erigido en 1957 . Su monumento, donado por los padroneses residentes en Uruguay, se inauguró con un acto solemne en el que participaron intelectuales de la época, entre ellos Ramón Otero Pedrayo.
Camilo José Cela, representado en una escultura de Ferreiro Bahía (2003), con un pedestal pétreo y esferas que simbolizan la creación y el conocimiento.
Plaza de Fondo de Vila: un cruceiro con historia
En esta plaza se encuentra el cruceiro de Fondo de Vila, donado en el siglo XV por Juan Loreda. La cruz, rica en detalles simbólicos, muestra imágenes de San Juan y el Apóstol Santiago, además de calaveras, tibias y salamandras. Castelao, escritor e intelectual gallego, elogió esta obra en sus estudios sobre el arte popular gallego.






Plaza de Camilo José Cela: homenaje a un Premio Nobel
Camilo José Cela, Premio Nobel de Literatura en 1989, nació en Iria Flavia en 1916. Su legado literario está marcado por obras como La familia de Pascual Duarte o La colmena.
Pazo do Concello: edificio reformado en el siglo XVIII, donde destaca su escudo con la representación de la Traslatio.
Cruceiro do Camiño: con tallas que evocan la tradición jacobea.
Casa de la calle Sol: hogar de la infancia de Rosalía de Castro.
Escudo de Padrón: incluye los blasones de Castilla, León y Galicia, junto con las argollas del amarre de la barca del Apóstol.
Plaza de Baltar: farmacia y literatura
En esta plaza se encuentra la histórica Farmacia Baltar, gestionada por seis generaciones de la misma familia desde el siglo XIX. Su fundador, Ángel Baltar Cortés, fue amigo del ingeniero ferroviario John Trulock (abuelo de Cela) y de Rosalía de Castro, con quien intercambiaba correspondencia y libros.
Una forma estupenda de recorrer las calles del casco histórico es aprovechar alguna de las visitas guiadas teatralizadas que organizan desde el ayuntamiento a través de la oficina de turismo. Suelen ser en los meses de verano, hasta septiembre.
12. Área Recreativa en la Desembocadura del Sar en el Ulla
Este espacio natural es ideal para actividades al aire libre y disfrutar de la confluencia de los ríos Sar y Ulla, creando un paisaje único. Se pueden realizar rutas de senderismo y paseos en kayak o barca. El lugar ideal para acabar al atardecer tu visita a Padrón, con un paseo hasta el mirador que han colocado en forma de barco y desde el que disfrutarás de una puesta de sol mágica.


Y hasta aquí nuestra visita a este Pueblo Mágico en pleno Camino de Santiago. Recuerda que en nuestras redes sociales: instagram, tiktok, facebook, x y threads puedes ver todos nuestros viajes y experiencias en video, nos encontrarás como @petiscosgalegos . Si tienes alguna duda puedes dejarla en comentarios e intentaremos responderte lo antes posible.

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Gracias Juan Carlos.
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