Praga desde las alturas: los 8 miradores más bonitos y cómo aprovechar la Prague Visitor Pass

Praga no es solo la ciudad de las cien torres; es un auténtico mar de tejados rojos, cúpulas verdes y agujas góticas que se reflejan en el Moldava. Caminar por sus calles empedradas ya es un regalo, pero verla desde arriba es otro nivel. Si te gustan las fotos con encanto, los rincones especiales y los momentos que se quedan grabados, no puedes perderte sus miradores. Yo los recorrí uno a uno y aquí te cuento mi experiencia, con los mejores trucos para que los disfrutes sin agobios… y con un extra: cómo sacarle todo el partido a la Prague Visitor Pass.

1.Torre del Antiguo Ayuntamiento:

La torre del Antiguo Ayuntamiento es quizá el mirador más icónico de Praga. Subir a ella es casi un ritual: primero un ascensor moderno que te acerca a la cima , acristalado para que puedas ver la subida y luego unas escaleras que huelen a historia. Desde sus casi 70 metros tienes ante ti una vista panorámica de la Plaza de la Ciudad Vieja. Un must es que, además , es que verás la Capilla de la Virgen y el interior del mecanismo del reloj astronómico.

2.Torre Astronómica del Klementinum:

A unos pasos del Puente de Carlos se alza el complejo del Klementinum, un tesoro que no puedes dejar de visitar. La subida a su torre astronómica no es apta para quienes temen las escaleras (son unas cuantas, en caracol y de madera), pero la recompensa es enorme. Desde arriba ves el casco histórico desplegado como un tapiz: las torres, el Moldava, las colinas de Malá Strana… Antes de subir, date una vuelta por la biblioteca barroca, una de las más bellas de Europa, con sus estanterías infinitas y globos terráqueos antiguos.

3.Terraza U Prince:

No todo en Praga son torres medievales. En plena Plaza de la Ciudad Vieja, en la azotea del Hotel U Prince, hay una terraza que se ha ganado fama entre los que buscan la foto perfecta con el reloj astronómico de fondo. No necesitas subir muchos peldaños ni pagar entrada: basta con tomar algo en el bar y disfrutar de la panorámica. Ideal para una pausa entre visita y visita.

4.Azotea del Hotel Four Seasons:

Otra opción elegante es la terraza del Hotel Four Seasons. Desde allí se contempla el Puente de Carlos y el Moldava con una perspectiva distinta, más tranquila. Es perfecta para una copa al atardecer mientras las luces de la ciudad se encienden. Es uno de esos rincones que no aparecen en todas las guías pero que enamoran.

5.Coffee in Garden:

En las escaleras Staré Zámecké Schody, camino del castillo, descubrí una diminuta terraza llamada “Coffee in Garden”. Apenas caben unas mesas, pero su barandilla de círculos y la vista íntima sobre la ciudad la hacen perfecta para un descanso. Es un mirador secreto, sin colas ni entradas, solo tú, un café y Praga a tus pies.

6.Restaurante 420:

Este pequeño restaurante es famoso por su “ventana con vistas”: desde el piso superior, justo frente al reloj astronómico, tienes una perspectiva única. Eso sí, reserva mesa si no quieres quedarte sin ese rincón privilegiado. Después de comer puedes pedirles subir a la ventana desde donde verás el Orloj funcionar, parece casi que puedes tocarlo, es una experiencia diferente.

7.Torre de la Pólvora:

La Torre de la Pólvora es uno de los vestigios de la Praga medieval. Antigua puerta de entrada a la ciudad y almacén de pólvora en el siglo XVII, hoy es uno de los miradores más interesantes. Sus 186 escalones de piedra conducen a una galería a 44 metros de altura desde la que se ve la frontera entre la ciudad vieja y la nueva, un choque de estilos arquitectónicos que define bien a Praga. Subirla es como atravesar un túnel del tiempo.

8.Torre del Puente de la Ciudad Vieja:

Al final del Puente de Carlos, del lado de la Ciudad Vieja, se alza esta torre gótica que muchos pasan por alto. Subir sus 138 escalones es asomarse a una postal: el puente con sus estatuas, el Moldava serpenteando, las cúpulas de Malá Strana y, al fondo, el castillo. Si madrugas, podrás ver la ciudad vieja casi en soledad; al atardecer, la luz es mágica.

9.Otros miradores y rincones elevados que merecen la pena:

Aunque aquí me he centrado en los ocho más bonitos del corazón de Praga, la ciudad ofrece muchos más puntos elevados. Por ejemplo, la colina de Letná regala una de las panorámicas más amplias del Moldava con sus puentes; es gratuita y perfecta para pasear. También la colina de Vyšehrad combina ruinas medievales, parques y vistas espectaculares, ideal si buscas un ambiente más local y menos turístico.

Y si tienes tiempo, sube a la Torre de observación de Petřín, inspirada en la Torre Eiffel de París. Desde sus 63 metros, en lo alto de la colina, se ve toda la ciudad y, en días claros, incluso las montañas del interior de Bohemia. Este mirador también está incluido en la Prague Visitor Pass.

Cómo organizar tu ruta de miradores:

Para aprovechar bien el tiempo, mi consejo es agrupar los miradores por zonas:

Ciudad Vieja: Torre del Antiguo Ayuntamiento, Torre del Puente de la Ciudad Vieja, Terraza U Prince y Restaurante 420.
Alrededores del Puente de Carlos: Torre Astronómica del Klementinum, Azotea del Four Seasons.
Camino al Castillo: Coffee in Garden y las escaleras Staré Zámecké Schody.
Zona de Náměstí Republiky: Torre de la Pólvora.

Así podrás ir enlazando visitas sin cruzar la ciudad cada vez. Aprovecha también los tranvías históricos (con la Visitor Pass están incluidos) para moverte entre colinas y barrios.

Dónde comer y descansar:

En la Terraza U Prince puedes tomar un brunch con vistas, en Coffee in Garden un café rápido y en el Restaurante 420 una comida tradicional checa frente al Orloj. En la zona de Malá Strana hay pequeños bistrós con terrazas íntimas y precios razonables para reponer fuerzas entre subida y subida. Te contaremos más lugares en nuestro próximo artículo.

Consejos fotográficos:

– Lente angular: ideal para captar la amplitud de los tejados y torres.
– Filtro polarizador: ayuda a realzar los cielos y eliminar reflejos en el Moldava.
– Paciencia: espera el momento en que la plaza se despeja o las luces se encienden; la foto merecerá la pena.
– Retratos con fondo urbano: en la Terraza U Prince y en la Torre del Puente de la Ciudad Vieja hay encuadres perfectos.

La experiencia de subir torres históricas:

Más allá de las vistas, cada torre es una cápsula del tiempo. En la del Antiguo Ayuntamiento caminas por escaleras centenarias y ves las vigas originales; en la del Klementinum imaginas a los astrónomos del siglo XVIII observando el cielo; en la de la Pólvora sientes el poder defensivo de las murallas medievales. Subirlas no es solo hacer turismo: es conectar con la historia de Praga.

Mi experiencia con la Prague Visitor Pass:

En mi viaje decidí probar la Prague Visitor Pass y fue un acierto total. Esta tarjeta no solo te da acceso a más de 60 atracciones (incluidas muchas de las torres y miradores de esta lista), sino que también incluye transporte público ilimitado durante su validez. Olvídate de comprar tickets cada vez que subes al tranvía o al metro: con el pase, simplemente enseñas tu código QR y listo.

Yo opté por el formato digital en el móvil, muy cómodo, y elegí la versión de 72 horas. En tres días intensos de visitas se amortiza fácilmente. Además, la app te muestra horarios y direcciones, lo que te ayuda a planificar tus rutas de miradores sin perder tiempo.

Ventajas que más aprecié:

  • – Acceso gratuito a torres, museos y monumentos sin pagar cada vez.
  • – Transporte ilimitado: metro, tranvía, autobuses e incluso el bus exprés al aeropuerto.
  • – Formato flexible: físico o digital, tú eliges.
  • – Duración adaptada: 48, 72 o 120 horas según tu viaje.
  • – Guía y mapas incluidos: perfecta para planear sobre la marcha.
  • – Ahorro real: en mi caso, más de 30 € en tres días sumando entradas y transporte.

Miradores incluidos con la Visitor Pass:

  • Con la Prague Visitor Pass pude subir sin coste adicional a:
  • – Torre del Antiguo Ayuntamiento, el clásico de la Plaza de la Ciudad Vieja.
    – Torre del Puente de la Ciudad Vieja, para ver el Puente de Carlos desde arriba.
    – Torre de la Pólvora, la antigua puerta medieval.
    – Torre Astronómica del Klementinum, con su biblioteca barroca.
    – Torre de observación de Petřín, el “mini Eiffel” de Praga.
    – Torres del puente de Malá Strana, menos conocidas pero con vistas preciosas

En todas basta con enseñar el código del pase para entrar. Ni colas para tickets ni precios sueltos

Mi consejo: Si tu plan en Praga es subir a varias torres y moverte por la ciudad sin preocuparte por billetes, la Prague Visitor Pass compensa. Te quita estrés, ahorras dinero y tienes una guía en el bolsillo. Consulta precios y modalidades actualizadas en la web oficial de turismo de Praga antes de tu viaje y elige la que mejor se adapte a tu estancia.

Praga es una ciudad que enamora a ras de suelo, pero se entiende de verdad desde arriba. Cada mirador cuenta una historia distinta y ofrece un encuadre único de la ciudad. Con la Prague Visitor Pass puedes recorrer varios sin gastar de más y moverte con libertad. Mi recomendación: combina las torres más emblemáticas con alguna terraza secreta para tener una visión completa y personal de la ciudad. Subir a las alturas en Praga no es solo hacer fotos, es vivir su esencia.

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Este artículo tiene su origen en una invitación de Destino Chequia.


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