Guía para visitar Třebíč: Patrimonio de la Humanidad enVysočina, Chequia

Třebíč: descubre su basílica, barrio judío y castillo – guía de viaje

Planea tu viaje a Třebíč (región de Vysočina, Chequia) con esta guía práctica: historia, qué ver, itinerarios, dónde comer, consejos locales y todos los imprescindibles como la Basílica de San Procopio, el Castillo, el Barrio Judío.

Te propongo un destino que quizá aún no hayas visto en los itinerarios habituales de Chequia: Třebíč. Es una ciudad de Moravia pequeña en tamaño, pero enorme en carácter, historia y belleza. Perfecta para completar tu viaje a Praga y descubrir un lugar fascinante donde lo medieval, lo judío y lo natural se entrelazan.
En esta guía encontrarás todo lo que necesitas para exprimir tu estancia: desde por qué merece la pena, cómo llegar, qué ver con detalle (y no solo lo obvio), hasta consejos de paseo, gastronomía local y tips para que tu viaje sea fluido y auténtico. Vamos al lío.

Por qué Třebíč te va a enamorar:

  • Es uno de los pocos lugares donde conviven un barrio judío, un cementerio judío y una basílica monumental declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO. Esa mezcla cultural y arquitectónica da un color único.
  • Ofrece suficiente oferta cultural, buenas infraestructuras, pero sin ser una ciudad masiva: calles tranquilas, vistas limpias, ambiente relajado. Ideal para quienes quieren un destino con historia sin multitudes.
  • Está relativamente cerca de ciudades como Praga o Brno, lo que permite incluirla en rutas sin grandes desvíos.

Cómo llegar:

Dependiendo de dónde vengas:

  • Desde Praga: la ruta en coche toma unas 1 h 45–2 h; en transporte público, combinación de tren y autobús, con tiempos de viaje entre 3 y 4 horas.
  • Desde Brno: mucho más accesible; autopista + carreteras secundarias, entre 1 h 15 y 1 h 30; también hay trenes regionales.

Si vas en coche, asegúrate de consultar las condiciones de tráfico y el horario de tu alojamiento, ya que algunas calles del centro histórico son peatonales o con acceso restringido. Si quieres tener libertad para visitar más lugares de la región, te recomendamos coche, es más rápido y más práctico.

Qué ver en Třebíč: recorrido detallado:

Voy a organizarlo según “los imprescindibles” para que no te pierdas nada significativo, con la basílica, el castillo, el barrio judío y otros rincones que suman encanto.

La Basílica de San Procopio (Bazilika sv. Prokopa): Descubriendo la Basílica de San Procopio en Třebíč

En el corazón de Třebíč se alza una de las joyas medievales más sorprendentes de la República Checa. La Basílica de San Procopio, con su insólita mezcla de estilos románico y gótico, forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO junto al barrio judío de la ciudad. Un lugar que combina historia, espiritualidad y belleza arquitectónica, perfecto para quienes buscan destinos con alma.

Un poco de historia: de la Asunción a San Procopio

Construida en piedra en el siglo XIII como parte del monasterio benedictino, la basílica nació dedicada a la Asunción de la Virgen. En 1704, coincidiendo con el quinto centenario de la canonización del santo, pasó a estar consagrada a San Procopio, patrón checo. Su vida ha sido tan intensa como su arquitectura: fortaleza, almacén, prisión e incluso fábrica de cerveza hasta hace unas décadas. Hoy luce restaurada y abierta al público.

Arquitectura única: románico, gótico y barroco en un mismo templo

La Basílica de San Procopio es un mosaico arquitectónico. Su estructura de tres naves sostenidas por robustos pilares y bóvedas atrevidas crea un interior monumental. El gran pórtico semicircular de estilo románico recibe al visitante como “entrada al cielo”, mientras que el rosetón gótico del altar mayor —inspirado en el de la catedral de Reims— sorprende por su delicadeza.

En la capilla abacial se conservan frescos góticos originales, los segundos más antiguos de Moravia, que cubren muros y techos como un auténtico libro de piedra medieval. Bajo el presbiterio se extiende la cripta, necrópolis de monjes y fundadores del monasterio, donde destacan las columnas románicas perfectamente conservadas.

Un exterior con personalidad propia

El exterior de la basílica refleja su evolución: la base románica y gótica de piedra granítica contrasta con las dos torres barrocas de la fachada occidental, añadidas en el siglo XVIII por el arquitecto František Maxmilián Kaňka. Esta combinación, lejos de romper la armonía, es la que le da su carácter tan especial.

Visitar la Basílica de San Procopio: La basílica puede visitarse prácticamente todo el año (excepto los viernes), por libre o en visita guiada.

La Nueva Sinagoga de Třebíč: historia viva del barrio judío

En pleno corazón del histórico barrio judío de Třebíč se levanta la Nueva Sinagoga (Zadní synagoga), uno de los espacios más especiales para entender la herencia judía en Moravia. Construida en 1669, ha pasado de ser un lugar de culto a convertirse en un centro cultural que combina memoria, exposiciones y conciertos.

La visita a la Nueva Sinagoga es un viaje al pasado. Entre sus muros podrás descubrir cómo era la vida en el gueto judío gracias a exposiciones permanentes y temporales. Uno de los elementos más llamativos es el modelo del barrio judío tal y como se veía en 1850, obra de Stanislav Vrška. Un trabajo minucioso que ayuda a imaginar cómo era el entramado de calles y casas de esta comunidad hace casi dos siglos.

Aunque su exterior pueda parecer sobrio, el interior sorprende. Frescos coloridos decoran las paredes y estucos barrocos adornan los techos, creando un ambiente íntimo y lleno de detalles. Las muestras van más allá de la propia sinagoga: incluyen la visita a la casa de Seligman Bauer y a un pequeño museo ambientado como una carnicería kosher, donde se explica la vida cotidiana de los judíos de Třebíč.

La Nueva Sinagoga no es solo un museo del pasado. En 2019 inauguró una exposición dedicada a los judíos polacos y otra en la galería de mujeres que, a través de 20 paneles, documenta la transformación del barrio judío hasta nuestros días. También ha acogido muestras sobre temas tan diversos como el viaje de T. G. Masaryk y Jan Masaryk a Israel, un ejemplo del papel activo que sigue teniendo como espacio para el diálogo y la educación.

Como todo edificio histórico, la Nueva Sinagoga requiere cuidados constantes. Se han realizado estudios para combatir la humedad en las paredes y se planifican más trabajos de restauración. Gracias a este esfuerzo, el visitante puede disfrutar de un lugar auténtico y bien conservado que sigue siendo un faro de patrimonio cultural en la región.

Por qué no debes perdértela

Visitar la Nueva Sinagoga de Třebíč es mucho más que entrar en un edificio religioso: es comprender la vida de una comunidad que dejó una huella profunda en la ciudad. Tanto si te interesa la historia como si buscas una experiencia diferente, este rincón del barrio judío te permitirá poner rostro y contexto a siglos de cultura judía en Moravia.

El Castillo de Třebíč: de monasterio benedictino a corazón cultural

A pocos pasos de la Basílica de San Procopio se encuentra el Castillo de Třebíč, un edificio monumental que fue, en su origen, parte del complejo monástico benedictino. Hoy es uno de los lugares más interesantes para visitar en la ciudad porque reúne historia, arte y unas vistas estupendas del casco antiguo y del barrio judío.

El castillo se levantó en el siglo XII como fortaleza y centro espiritual de la abadía. Tras las guerras husitas, pasó a manos seculares y se transformó en residencia aristocrática. Sus dueños, como la familia Valdštejn, fueron añadiendo toques renacentistas y barrocos que aún se pueden apreciar en sus patios y fachadas. Esta mezcla de estilos convierte la visita en un paseo por distintas épocas.

Hoy el Castillo de Třebíč alberga varias exposiciones permanentes del Museo de la Región de Vysočina. Aquí puedes encontrar tres secciones principales:

  • Historia de Třebíč y de la región, ideal para entender el contexto del monasterio, la ciudad medieval y la vida en Moravia.
  • Exposición de artes aplicadas, con piezas de relojería, cristalería, porcelana y mobiliario que muestran el refinamiento de la nobleza.
  • Exposición de naturaleza, donde se explican los ecosistemas locales con maquetas y colecciones de minerales, plantas y animales.

Las salas se distribuyen en torno al antiguo claustro del monasterio, restaurado con mucho cuidado. Caminar por ellas es como hacer un recorrido por la historia de la ciudad y su entorno.

El claustro y los patios interiores son espacios muy fotogénicos. Desde aquí se obtienen buenas perspectivas de la Basílica de San Procopio y del barrio judío, por lo que es una parada perfecta para tomar fotos y descansar un momento.

Información práctica

El castillo abre todo el año con horarios diferentes según la temporada (en verano suele haber visitas guiadas más frecuentes). La entrada es asequible y hay descuentos para niños, estudiantes y mayores. Conviene reservar si quieres una visita guiada en español o inglés.

El Molino de Viento de Třebíč: un icono industrial convertido en centro cultural

En un rincón pintoresco de Třebíč se levanta el Molino de Viento (Větrný mlýn), una construcción que no solo llama la atención por su silueta, sino también por la historia que guarda. Desde 1836 ha sido testigo de la vida industrial de la ciudad y, tras una cuidada restauración, se ha convertido en un lugar imprescindible para entender la identidad de la región.

A diferencia de los molinos tradicionales, el de Třebíč nunca molió grano. Fue levantado en piedra por los hermanos Budischowsky para moler corteza de roble destinada a la industria del curtido del cuero, entonces uno de los motores económicos locales. El resultado es un edificio robusto de estilo holandés, con planta circular y varios pisos que le dan un aspecto muy singular.

En 1929 el molino pasó a manos del pueblo y durante años fue vivienda, lo que alteró su interior pero permitió que siguiera en pie. Por fuera, sin embargo, se mantiene prácticamente igual que en el siglo XIX, conservando ese aire de “gigante dormido” que hoy fascina a los visitantes.

El molino tiene cuatro plantas con pequeñas ventanas que en su día servían para vigilar los alrededores. Tras la restauración de 1977 y la premiada reforma de 2020, reconocida con el galardón Zlatá jeřabina, el edificio volvió a lucir con aspas de madera como las originales, elaboradas tras un minucioso trabajo de archivo y consulta con expertos.

Hoy, su interior acoge exposiciones permanentes y temporales:

  • Planta baja: explica el proceso de molienda de corteza y la importancia del curtido del cuero en Třebíč.
  • Planta segunda: recrea cómo vivían las personas que habitaron el molino cuando fue convertido en residencia.
  • Plantas superiores: ofrecen vistas panorámicas y pequeñas muestras sobre la historia local.

Un centro cultural vivo

El Molino de Viento no es únicamente un museo estático. Sus aspas motorizadas permiten demostraciones durante las visitas guiadas, lo que hace la experiencia más interactiva. Además, a lo largo del año organiza eventos culturales, desde exposiciones de arte hasta celebraciones estacionales, y en Navidad se ilumina, convirtiéndose en un punto mágico del skyline de Třebíč.

Consejos para la visita

El molino es fácil de incluir en un recorrido por la ciudad. Conviene consultar los horarios, ya que suelen variar según la temporada, y reservar si quieres participar en las visitas guiadas o en algún evento especial. Es ideal para familias, viajeros curiosos y amantes de la fotografía industrial.

La Casa Seligmanna Bauera (Židovský dům čp. 77): un viaje íntimo al corazón judío de Třebíč

Entre las calles empedradas del barrio judío de Třebíč, se esconde un rincón cargado de memoria y belleza: la Casa Seligmanna Bauera, conocida localmente como Židovský dům čp. 77. Este edificio barroco no es solo una casa-museo; es un testimonio vivo de la historia judía en Moravia y una parada imprescindible para quienes desean conocer de cerca la esencia cultural de esta ciudad checa.

La Casa Seligmanna Bauera tiene sus raíces en el siglo XVIII, aunque la primera mención data de 1724, cuando formaba parte de las propiedades ligadas a la Sinagoga Zadní. Construida en el terreno Španělovský, propiedad de Jakob Španiel, pronto se convirtió en un punto neurálgico de la comunidad judía local. En 1798 ya funcionaba plenamente como residencia y su diseño incluía un detalle singular: una escalera exterior que conectaba directamente con la galería de mujeres de la sinagoga, reflejando la perfecta integración entre vida religiosa y doméstica.

En 1837, durante una ampliación de la sinagoga, la casa se reestructuró en dos unidades separadas y se eliminó el mikveh (el baño ritual). Pese a estos cambios, el edificio conservó su esencia y hoy es uno de los ejemplos mejor preservados de vivienda judía barroca en Třebíč.

Actualmente, la Casa Seligmanna Bauera funciona como museo judío, inaugurado en 2011 tras una restauración ejemplar. Al entrar, el visitante es recibido por un kupecký krám, una tienda de mercader recreada al detalle que nos transporta a la vida comercial que floreció aquí hace siglos.

En el primer piso se encuentra un apartamento judío del siglo XIX perfectamente ambientado, con su ložnice (dormitorio), su kuchyně (cocina) funcional y espacios de almacenamiento, todos amueblados con objetos originales de la época. Desde aquí se accede a la galería de la Sinagoga Zadní, permitiendo comprender la relación única entre vivienda y espacio religioso.

En el ático, ahora convertido en sala de conferencias, se celebran actividades educativas, charlas y eventos comunitarios, reforzando el papel del museo como centro cultural abierto a locales y visitantes. Sus exposiciones permanentes y temporales, junto a su programa educativo, permiten comprender mejor las tradiciones, costumbres y vida cotidiana de esta minoría en Moravia.

Su apertura oficial en 2011 estuvo acompañada por personalidades como el embajador de Israel y el rabino regional, un gesto que subraya la relevancia del edificio como hito histórico y cultural.

Arquitectónicamente, la Casa Seligmanna Bauera es un delicioso ejemplo del barroco residencial centroeuropeo. Su fachada modesta pero elegante encaja a la perfección en el paisaje urbano del distrito de Zámostí, mientras que en su interior encontramos la disposición típica de un condominio de la época, con su característica conexión a la sinagoga.

La restauración llevada a cabo entre 2009 y 2011 no solo recuperó la integridad del edificio, sino que lo adaptó para su uso como museo sin perder autenticidad. Cada detalle, desde las vigas del ático hasta la escalera exterior, fue tratado con respeto para preservar su historia.

Su ubicación en pleno barrio judío te permite combinar la visita con otros puntos de interés cercanos, como la Sinagoga Zadní, el cementerio judío y las callejuelas históricas que forman este conjunto declarado Patrimonio Mundial.

Consejos prácticos para tu visita

  • Localización: En pleno corazón del barrio judío de Třebíč, muy cerca de la Sinagoga Zadní.
  • Duración recomendada: 30-45 minutos para recorrer las estancias y disfrutar de las exposiciones con calma.
  • Entradas: Puede visitarse como parte del recorrido conjunto del barrio judío y las sinagogas.
  • Mejor momento: Primavera y otoño ofrecen la luz ideal para fotografiar sus fachadas y pasear por el barrio.

Cementerio judío de Třebíč: un paseo entre historia, memoria y naturaleza

Este es uno de los lugares más sobrecogedores y bellos de la ciudad: el cementerio judío. Más que un camposanto, es un paisaje de historia y silencio que invita a la reflexión. Sus senderos estrechos, las lápidas cubiertas de hiedra y el aire solemne lo convierten en un espacio único, imprescindible para entender la huella judía en Moravia.

El cementerio judío actual se creó en el siglo XVII sobre el emplazamiento de un cementerio anterior que fue clausurado. Desde entonces, ha sido el lugar de enterramiento de aproximadamente 11.000 personas, convirtiéndose en uno de los cementerios judíos más grandes y mejor conservados de la República Checa.

Caminar por sus pasillos es recorrer cuatro siglos de historia. Aquí encontramos lápidas del Renacimiento tardío, del Barroco y del Clasicismo, testigos de los cambios en la comunidad y en el arte funerario judío. La lápida individual más antigua data de 1631, un verdadero tesoro patrimonial que nos conecta con los orígenes del barrio judío de Třebíč.

El excelente estado de conservación del cementerio no es casualidad. Entre 1981 y 1998, un vecino llamado Pavlík, junto con amigos y alumnos, asumió por iniciativa propia la tarea de cuidar este espacio. Gracias a su esfuerzo desinteresado, hoy podemos visitar un lugar limpio, ordenado y con la atmósfera auténtica que lo hace tan especial.

Consejos para tu visita

  • Ubicación: Se encuentra en la colina sobre el barrio judío de Třebíč, a pocos minutos andando desde la Sinagoga Zadní.
  • Duración recomendada: 30-45 minutos para recorrer sus senderos y detenerte en las lápidas más antiguas.
  • Respeto: Es un lugar de recogimiento. Mantén silencio y viste de forma apropiada.
  • Mejor momento: Primavera y otoño son ideales para ver el cementerio cubierto de verde o envuelto en tonos dorados.

Si ya has recorrido la Casa Seligmanna Bauera y la Sinagoga Zadní, completa tu experiencia acercándote a este cementerio: comprenderás mejor la historia de Třebíč y sentirás la fuerza de un patrimonio que ha sobrevivido gracias al esfuerzo colectivo y al respeto por la memoria.

Otros rincones que suman encanto:

Aunque nosotros estuvimos poco tiempo, en Třebíč puedes pasar perfectamente un par de días para ver y disfrutar todo con calma. Además de los imprescindibles te recomendamos:
Puentes sobre el río Jihlava: cruzar el río, observar las orillas, los reflejos del agua y los muros antiguos desde allí. Caminar por la ribera es relajante y te acerca a la vida local (vecinos, niños, paseos).
Miradores urbanos: puntos en altura para ver la ciudad en su conjunto; tejados, torre de la basílica, verde alrededor. Cada hora diferente del día da una luz distinta.
Calles secundarias: no te quedes solo con la calle principal del barrio judío o el mercado; adéntrate en las callejuelas laterales: aquí a veces se descubren murales, ventanas curiosas, flores en ventanas, pequeños puentes. En una de estas calles descubrimos una curiosa tienda de antiguedades de lo más interesante, puedes encontrar auténticos tesoros ahí.

Dónde comer bien y descansar

  • Prueba los platos checos clásicos: goulash, knedlíky (una especie de “pan bollo” o “ñoqui” checo), estofados, sopas. Acompaña con cerveza local o un buen vaso de vino moravo.
  • Busca cafés céntricos para desayunar: pasteles, café fuerte, ambiente relajado.

Sabores auténticos en Třebíč: nuestro almuerzo en un restaurante tradicional

Durante nuestra visita al barrio judío de Třebíč, decidimos probar un menú del día en un restaurante local, Kocour, muy popular entre la gente de la ciudad. Fue toda una inmersión en la cocina checa tradicional, con platos caseros que se sirven de lunes a viernes y que cambian cada día.

Nada más sentarnos nos trajeron la sopa del día, que en República Checa es casi un ritual. Cada jornada empieza con un cuenco humeante: Kulajda cremosa con setas y eneldo, un borscht de color intenso o una sopa ahumada con cebada… Solo con esto ya sientes que estás comiendo como un local.

El menú se compone de dos opciones principales. Entre semana encontramos desde el clásico goulash húngaro con knedlíky (los bollos de pan típicos checos) hasta especialidades menos conocidas como el “Cmunda po kaplicku”, una especie de torta de patata rellena de carne que es puro comfort food. También había opciones con pescado, riñones a la cebolla, filete de pavo marinado o lentejas agrias con salchicha y pan, platos que recuerdan a la cocina casera centroeuropea.

El jueves descubrirás el lado más dulce de la gastronomía local con unos knedlíky de requesón rellenos de albaricoque y espolvoreados con pan de jengibre, un postre-plato que se sirve como principal y que forma parte de las tradiciones culinarias de la región.

La experiencia fue muy auténtica: mesas sencillas, ambiente tranquilo y un precio cerrado por plato (169 coronas checas). Lo mejor: comer rodeados de vecinos de Třebíč que también hacen aquí su pausa para el almuerzo, lo que nos permitió vivir el ritmo cotidiano de la ciudad.

Para quienes estén recorriendo el barrio judío y visitando lugares como la Sinagoga Zadní o la Casa Seligmanna Bauera, hacer una parada para comer en un local así es la mejor manera de completar la experiencia. La cocina checa, y especialmente la del sur de Moravia, es contundente, sabrosa y perfecta para recuperar energías antes de seguir explorando.

En resumen, nuestro menú del día en Kocour fue como un viaje dentro del viaje: sabores tradicionales, recetas con historia y un ambiente que conecta directamente con la vida local. Un imprescindible para cualquier viajero que quiera saborear Třebíč desde dentro.

Después de una breve visita a Třebíč y la comida, aprovechamos la tarde para visitar la Iglesia de San Juan Nepomuceno en Zelená Hora y acabamos alojándonos en un lugar muy especial, el Hotel Medlov, Fryšava pod Žákovou horou , un hotel de estética socialista de los 80 que , además ofrece experiencias únicas, puedes leer el artículo completo aquí. Si visitas la región y tienes tiempo, te recomendamos que no te pierdas , la joya renacentista de la regíon, Telč.

Entre bestias y jardines de fantasía: las esculturas de Michal Olšiak en Vysočina

Cuando atraviesas los montes de Vysočina, entre bosques y praderas , de pronto te encuentras con un mamut que te observa al borde del camino, o un dragón que desafía el cielo desde una piedra. Son las esculturas de Michal Olšiak, espectros de hormigón que parecen brotar del suelo rural y plasmar leyendas vivas en el paisaje.

Michal Olšiak nació en 1978 en Žďár nad Sázavou y desde joven combinó pintura y obra escultórica. Con los años, fue abandonando (o al menos usando con menor frecuencia) el pincel para dedicarse a crear figuras monumentales en hormigón, arena y piedra, muchas de ellas dispuestas al aire libre en su región natal, pero también en Alemania e Italia. Su taller está en Vysočina, y desde al menos 2006 ejerce como escultor independiente. En 2013 instaló su propia galería en Žďár nad Sázavou, como un reflejo de su afán por mantener un vínculo directo con el territorio que le inspira.

Lo que distingue sus esculturas no es solo la escala, muchas alcanzan tamaño real o sobredimensionado, sino su capacidad para insertarse con frescura en rutas rurales, miradores y riberas, a veces casi en secreto. Caminas un sendero, cruzas un arroyo, te inmovilizas ante un tronco; y entonces aparece un “Mamlas”, o un “Výr” (búho) oculto entre los árboles, con ojos que parecen vivos.

Los personajes oscilan entre lo fantástico, como seres híbridos que recuerdan mitos o viejas leyendas checas ,y lo cotidiano ampliado: elefantes, bisontes (zubr), peces, jirafas, árboles antropomorfos. También hay piezas con significado simbólico, como el grupo “Hraniční kámen / león / águila”, que marca simbólicamente la frontera entre Bohemia y Moravia en la orilla del embalse Pilská.

Lo maravilloso es que no están confinadas en museos ni jardines privados: muchas esculturas señalan rutas ciclistas o senderos, otras se recuestan junto a carreteras secundarias o entre claros del bosque. Esa cercanía deliberada les da un aire lúdico: actores urbanos fuera del escenario, invitados a que los descubras por instinto viajero.

Si te animas a recorrer esta geografía escultórica, te dejo una guía de ubicaciones aproximadas con coordenadas (latitud, longitud) de unas veinte piezas que según guías locales y registros podrían corresponder al circuito de Olšiak. Te servirán como mapa base para planear paradas, bifurcaciones y sorpresas:

Esculturas de Michal Olšiak en la región de Vysočina

EsculturaLatitudLongitudUbicación sugeridaDescripción
Mamlas49.565815.9393Mirador de Žďár nad SázavouCriatura del bosque que observa la ciudad desde lo alto.
León, Águila y Hito Fronterizo49.574415.9153Orilla del embalse Pilská, frontera simbólica entre Bohemia y MoraviaGrupo escultórico que representa la unión de dos regiones históricas.
Hipopótamo49.564715.9221Zona de baño en el embalse PilskáHipopótamo semisumergido, muy visitado por familias.
Cocodrilo49.561515.9230Orilla del embalse PilskáFigura sorprendente que parece salir del agua.
Sirena49.569015.9232Cerca del embarcadero del embalse PilskáEscultura mítica que recuerda las leyendas acuáticas.
Pegaso49.562515.9400Camino de acceso a Žďár nad SázavouCaballo alado que simboliza libertad e imaginación.
Dragón49.560715.9290Bosque junto al embalse PilskáCriatura fantástica vinculada a las leyendas medievales.
Žďárský Yeti49.565215.9268Sendero forestal de Žďár nad SázavouEscultura inspirada en la criatura mítica de las montañas.
Krampus49.568815.9344Entrada de una zona de bosque cercanoFigura demoníaca típica de la tradición alpina.
Rybář (Pescador)49.566515.9180Muelle de pesca del embalse PilskáRepresenta a un pescador con caña, muy ligado a la cultura local.
Žába (Rana)49.570515.9205Rincón húmedo junto al embalse PilskáRana gigante de piedra que parece custodiar la orilla.
Želva (Tortuga)49.571815.9277Camino circular alrededor del embalse PilskáTortuga de piedra, muy fotografiada por los visitantes.
Vodník (Espíritu del agua)49.569715.9312Riachuelos que desembocan en el PilskáPersonaje de la mitología checa, guardián de las aguas.
Obří hlava (Cabeza gigante)49.563915.9162Prado abierto cerca de Žďár nad SázavouEnorme cabeza tallada que emerge del suelo.
Medvěd (Oso)49.562215.9197Ladera boscosa próxima al embalseFigura de oso sentado, símbolo de fuerza tranquila.
Slon (Elefante)49.564415.9240Zona verde a las afueras de Žďár nad SázavouEscultura de elefante, imponente y protectora.
Koňská hlava (Cabeza de caballo)49.567115.9218Sendero ecuestre de la zonaCabeza de caballo tallada con gran detalle realista.
Pták (Pájaro)49.568315.9285Claro en el bosque cerca de Žďár nad SázavouAve de piedra de gran tamaño, en actitud vigilante.
Mořský had (Serpiente marina)49.569915.9331Orilla del embalse PilskáSerpiente fantástica que parece deslizarse en el agua.
Anděl (Ángel)49.570815.9299Colina cercana al embalseÁngel de piedra que transmite calma y protección.

Este artículo tiene su origen en una invitación de Destino Chequia, con motivo del meeting Point 2025. Recuerda que en nuestras redes sociales: instagram, facebook, tiktok, threads, X y youtube puedes ver videos de todos nuestros viajes y experiencias. Nos encontrarás como @petiscosgalegos . En nuestro perfil de Instagram tienes un destacado con nuestro viaje a Chequia día a día. Síguenos !


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